XX

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Miércoles.

Hugo y yo no dormimos juntos. Intenté acercarme a él cuando entró en la habitación pero terminó rechazándome. Él dijo que no quería hablar conmigo en ese momento, que necesitaba pensar y yo terminé dándole su espacio. Hugo lo había hecho siempre conmigo ¿no?

Me consumía la necesidad de ir con él, las ganas de disculparme y prometerle que a partir de ahora iba a confiar en el, pero ¿iba a poder hacerlo? ¿Hablar con él y prometer que mis dudas estaban disueltas no era mentir?

Porque las dudas seguían, aunque no hubiera una razón aparente, seguían ahí, atormentado. Era como un pez que se mordía la cola, una y otra vez creando un hoyo del que parecía imposible salir.

¿Por qué desconfiaba? La respuesta era nuestro pasado, la manera tan desastrosa en la que habíamos empezado.

El pasado no desaparece y yo había aceptado olvidarlo para seguir adelante, pero seguía ahí, como un runrún que se empeñaba en no dormirse del todo. Lo peor era que mis miedos estaban haciendo que Hugo se apartara.

No quería perder a Hugo, no estaba dispuesta a dejar que mis paranoias nos destruyeran, y si estaba vez era él quien decidía hacer un parón, sería yo la que tomaría las riendas para seguir caminando juntos.

Eso era el amor al fin y al cabo ¿no? El mayor acto de solidaridad del mundo. Dar todo de uno mismo para hacer feliz aquel que amas, olvidando el egoísmo hasta el punto de en muchas ocasiones olvidarse de uno mismo.

Eso que yo no estaba haciendo con él. Yo solo estaba siendo egoísta, empeñada en la necesidad de que Hugo demostrará que me quería y olvidando que yo también debía demostrar lo mismo.

Eran las cuatro de la mañana, seguía despierta, ya no podía dormir si no estaba a mi lado.

Abandoné mi cama para escabullirme en la suya. Con un poco de suerte él estaría durmiendo y podría acurrucarme a su lado sin que lo notara.

- Pensaba que no ibas a venir nunca.- su voz rompió el silencio de la noche truncando mis planes.
-Pensaba que querías estar solo. - dije haciendo una mueca mientras me acomodaba a su lado.
- Nunca más de un par de horas, si me cabreo no me dejes solo por más tiempo.
- Entendido. - dije imitando su pustura. Ahora estábamos uno frente al otro, nuestras manos sirviendo de apoyo para nuestras cabezas. -¿ Algo más que debería saber? - pregunté dándome cuenta de que hasta este momento yo había sido la única en exponer mis quejas y él siempre aceptaba sin reproches.
- No desconfíes de mi. - habló endureciendo su tono de voz. - no me gusta pensar todo el tiempo que estamos pendiendo de un hilo.
- Lo sé y lo siento. - dije juntando nuestras frentes. - quiero prometerte que no volveré a hacerlo pero sé que voy a volverme loca cuando me vaya.
- No te vas a ir. - murmuró acariciando mi rostro. - y si al final resulta que el que se queda soy yo... No la voy a cargar. No de nuevo, no pienso arriesgarme a perder esto. Lo nuestro, no voy a ponerlo en juego. - detuvo sus caricias y moví mi rostro para besar la palma de su mano. - dime que por lo menos no desconfías de eso.

Me perdí en sus ojos intentando buscar una respuesta, una pequeña duda en su mirada, pero solo podía ver amor. No dudaba de que él haría todo lo posible para que esto funcionara.

- ¿Estás cansado? - pregunté recordando sus últimas palabras hace unas horas. - ¿De nosotros? - añadí sabiendo que mi pregunta podía ser mal interpretada.
- No, de nosotros nunca. - aseguró acunando mis mejillas. - estoy cansado de las dudas, de dar un paso adelante y dos atrás, pero no de nosotros.
- No te canses nunca. - supliqué tomando la iniciativa y juntando nuestros labios. - voy a intentar confiar en nosotros.

***
Esta semana la clase de composición iba a volver a darla Manu. No iba a ser una clase como tal, si no más bien una oportunidad para enseñar nuestras nuevas composiciones.

No había conseguido escribir mucho las últimas semanas, mi libreta estaba llena de frases sin sentido, hasta anoche.

Hasta que mi pequeña discusión con Hugo logró que fuera capaz de plasmar mis pensamientos en papel.

Todavia no tenía melodia, pero decidí leer lo poco que tenía escrito para saber si para Manu tenía potencial. Sabía que cuando terminara la mirada de Hugo estaría quemándome, sabía que él iba a entender que esos versos hablaban de nuestra historia.

"Pon tus labios cerca de los míos
Siempre y cuando no se toquen
Fuera del foco, ojo a ojo
Hasta qué la gravedad sea demasiado

Y haré cualquier cosa que digas
Si lo dices con las manos
Y si fuera lista me alejaría
Pero eres como arenas movedizas

Esta pendiente es traicionera
Este camino es peligroso
Esta pendiente es traicionera
Y a mí, a mí me gusta

No puedo decidir si es una elección
Dejarnos llevar
Escucho el sonido de mi propia voz
Pidiendo que te quedes
Y todo lo que somos es piel y hueso
Intentando llevarse bien
Siempre siguiendo la corriente
Pero eres fricción

Dos faros brillan a través de la noche sin dormir
Y te tendré, te tendré sólo
Tu nombre ha hecho eco a través de mi mente
Y solo pienso que deberías, pienso que deberías saber
Que aunque nada es seguro, vale la pena el viaje
y yo voy a
Seguirte, seguirte a casa
Te seguiré, te seguiré a casa

Esta esperanza es traicionera
Este ensueño es peligroso
Esta esperanza es traicionera
Este camino es peligroso
Y a mi, a mi me gusta.

Y solo pienso que deberías saber que voy a seguirte a casa. "

Cuando terminé de leer mis ojos solo lo buscaron a él, buscando su aprobación, intentando adivinar si había entendido el significado detrás de esas palabras. Quería que entendiera que iba a seguirle aunque fuera complicado.

Hugo me observaba mordiendose las uñas. No podía ver su boca pero sus ojos parecían transmitir paz, parecía satisfecho con lo que había escuchado. Conforme.

- Tiene muy buena pinta. - habló Manu tras pensarlo un poco. - parece un poco la continuación de "me iré" donde solo querías irte porque todo era muy complicado y ahora...
- Ahora va a seguirlo a casa. - Hugo terminó la frase por él.

Cuando la clase terminó Hugo no tardó en acercase.

- Así que te gustan los caminos peligrosos ¿eh? - dijo abrazándome por la espalda.
- En realidad solía odiarlos... - rebatí sujetando sus brazos mientras ambos caminábamos juntos hacia el comedor.
- ¿Si? ¿Y que cambio? - preguntó juguetón dejando un tierno beso en mi mejilla.
-Tú.

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La canción que Anaju lee es de taylor swift, osa dejó aquí por si queréis oírla. A mi siempre me ha recordado a Anahug.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora