La habitación todavía estaba cerrada. Así que a paso ligero, casi corriendo me dirigí al lavababo. Quería esconderme ahí hasta que lograra tranquilizarme.
Había llegado a mi destino, quise cerrar la puerta pero Hugo había conseguido alcanzarme, atrancando la puerta con su pie izquierdo antes de que pudiera cerrarla. Con un leve empujón logró adentrarnos a ambos en el baño y cerró la puerta con pestillo.- Empiezo a estar bastante harto de que siempre me dejes con la palabra en la boca.
Hugo estaba tan cabreado como yo o incluso más. Intenté contar hasta diez antes de pronunciar mis siguientes palabras.
- ¿Tenías algo que decir? - pregunté cruzándome de brazos.
- Si. Demasiadas cosas.
- Empieza. - desafié alzando las cejas.Hugo me observó por un momento. Nuestras miradas se retaron, nuestras respiraciones estaban ajitadas a pesar de no haber echo ejercicio alguno. Nuestro sistema sólo estaba reaccionando a la bomba que acababa de explotar en el coche, hace sólo unos minutos. La frustración por la falta de entendimiento gobernando el ambiente.
- No deberías fiarte de Rafa. - terminó diciendo provocando mi sorpresa.
- ¿En serio? - pregunté desconcertada. - ¿Vas a seguir hablando con Rafa después de lo que acabó de soltarte?
- Voy a decirte lo que me molesta y luego podrás decírmelo tú.
- ¿Rafa te molesta?
- Si. - contestó como si fuera obvio.
-¿Por qué?
- No lo sé, pero me molesta. - habló dejando salir todo el aire contenido. - me molesta que de repente parezca que es tu mejor amigo y que estuviera toda la puta hora pegado a tu culo.
- Esto es increíble. - dije sin poder creer sus palabras. - ¿Tienes una remota idea de lo que a mí me molestan tus mierdas con Eva?
- No - gritó mirando al techo. - no tengo ni idea porque nunca hablas, Anaju, por que nunca vienes a decirme lo que te molesta. Siempre tengo que ser yo, siempre tengo que ir detrás de ti cuando te asustas o cuando sueltas mierda por la boca.
- Nadie te está pidiendo que vengas. - rebatí.
- Perfecto. - dijo tras un breve silencio. - no te preocupes que no voy a venir más.Iba a irse, lo sabía. Sabía que se daría la vuelta y saldría del baño dejándome sola. Tenía razón en una cosa, nunca era capaz de decirle lo que molestaba. Siempre evitaba nuestro pasado,el dolor que me había causado y ahora él estaba a punto de irse. Estaba a punto de perderle de nuevo.
- ¿Por qué? - me atreví a murmurar antes de que se fuera. - ¿por qué la elijiste a ella?
Mi pregunta provocó un cambio en el ambiente. Ya no estaba enojada, ahora mismo solo podía sentir miedo. Estaba aterrada porque no sabía si su respuesta iba a gustarme. Por eso nunca pregunté, no quería saber la verdad. A veces ignorara verdad era lo menos doloroso.
Hugo recostó su cabeza en la puerta, sus hombros cayeron y aunque no podía ver su rostro, podía adivinar que sus ojos estaban cerrados intentando encontrar la respuesta correcta.
- Porqué creí que podría funcionar. - contestó girándose para enfrentarme. - Eva era todo lo que siempre había conocido. Una chica de mi edad que me hacía ojitos y con la que desde el primer día encajamos. Me gustaba, soy una mierda porque siempre me ha gustado tontear y el juego se nos fue de las manos. - trague saliva para intentar deshacer el nudo creado en mi garganta tras sus palabras. - luego estabas tú, y contigo un mundo totalmente desconocido para mí. No sé, pero si estaba contigo sentía siempre la necesidad de parecer más adulto, menos inmaduro, solo para que no me vieras como un puto bebé. - sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas tras su nueva confesión. - y no sé en qué parte del cuento Aurora dejó de importar, pero hacía tiempo que no pensaba en ella, no como debería pensar en una novia. Solo estabas tú y lo sabes. - negué con la cabeza porque aquello no era del todo cierto. - después de señorita, mi vida en la academia en su gran mayoría se reducía a ti. Yo no escogí a Eva, y no quiero que parezca que tenía que escoger como si fuerais trozos de carne, pero yo no la elegí. Te dije que te quería, mucho antes de enrollarme con ella.
- ¿Por qué no me esperaste? - terminé pronunciando algo que tampoco fui capaz de preguntar.
- Porqué no pensé que fuera una opción. - confesó encogiendose de hombros. - pensaba que no era una posibilidad, si lo hubiera sabido habría actuado diferente.
-¿Que pasó con Eva? - la última pregunta jamás realizada.
- Rafa se fue, ella creía que él iba a volver con su novia, yo creía que tú no sentías nada por mi y después de no tener noticias suyas intuía que Aurora ya no estaba afuera. Nuestras inseguridades se juntaron y terminamos besándonos.
- Pero no pasó solo una vez...
-No, se sintió bien. - dijo siendo sincero aunque sabía que eso iba a dolerme. - lo suficiente bien como para seguir haciéndolo, pero no era nada. Eva y yo no hablábamos de nada. Solo nos besabamos para no sentirnos tan solos.
- ¿Por qué terminó?
- Porque ella está enamorada de Rafa y me lo dijo.Cerré los ojos con fuerza al descubrir uno de mis grandes miedos. Fue Eva y no él quien terminó su historia. Y aunque no lo pareciera eso cambiaba las cosas, porque él seguía sin escogerme. Seguía sin ser su prioridad.
-Dijiste que era tu hermana mayor y que jamás tendrias nada conmigo... - susurré perdida en mis pensamientos.
-Dije demasiadas tonterías ese día, estaba acorralado, todo el mundo en mi contra...
- Si Eva no te hubiera dejado seguirías defendiendo lo mismo. - dije sin escuchar sus últimas palabras. - seguirías diciendo que era tu puta hermana mayor.Acababa de abrir los ojos descubriendo mi mayor miedo.
- No. - negó.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no fui capaz de ver como Hugo terminaba con la distancia entre nosotros. Cuando quise darme cuenta él ya estaba acunando mi rostro entre sus manos.
- No te atrevas a creer eso. - dijo para evitar que me perdiera entre mis miedos. Sus palabras solo hicieron que recordara el consejo de Rafa. - no pienses que todo esto ha pasado solo porque Eva me dejó. Hubiera pasado de cualquier modo, no sé cómo, pero hubiera acabada aquí. Contigo. - dijo mirándome a los ojos y casi le creí. - sal de ahí.
- Rafa me ha dicho lo mismo esta mañana. - hablé interrumpiendo sus explicaciones. - me ha aconsejado que salga de esta mierda.
- ¿Y vas hacerle caso? - preguntó dejando de acariciarme. Creí ver el miedo en su mirada.
- No lo sé. - dije sincera porque ahora mismo no sabía que hacer.
- Sabía desde que lo vi entrar que solo iba a traer problemas.
- No le eches la culpa - dije un poco harta de su rencor hacia mi amigo. - él fue la victima, no el verdugo.
- Si le hubiera echado un par de huevos nada de esto habría pasado. Eva no se hubiera enrollado conmigo si Rafa no hubiera dudado tanto. Si no hubiera sido tan cobarde... - hizo una pausa para señalarme - tan como tú.
- No fue cobardía, idiota, fue empatía. - dije de nuevo cabreada. - una palabra que ni tú ni Eva conocéis. Rafa no quería hacer daño a su ex y yo no quería hacer daño a tu jodida novia. Porque tenías novia, Hugo, aunque te importara una mierda.Estaba decidida a dar la conversación por terminada, ya estaba casi todo hablado. Solo faltaba un último matiz, una última aclaración por mi parte. Una última cosa antes de salir de aquí.
- Solo voy a decir una cosa más, así ya habremos abierto del todo el cajón de mierda. - anuncié poniendo distancia entre nosotros. No quería sentir su toque ante lo que iba a decirle. - Deberias dejar de tratar a las personas como cromos, Hugo. Si escribes una canción para alguien, terminala para ese alguien. Si por el camino los sentimientos se pierden escribe una nueva canción. No adaptes una canción anterior a tu nueva situación. Eso es ruin y jodidamente doloroso para quien creyó ser tu inspiración.
Hugo no estaba dispuesto a dejarme ir. Corrió para detenerme.
- Soy yo siempre será nuestra canción, Anaju. - dijo cuando volvimos a mirarnos. No podía creer que tuviera el valor para decir aquello.
- No, dejó de serlo cuando se la dedicaste a ella, ya no significa nada.
- Hubo una parte que nunca le canté. - explicó cómo si aquello disminuyera el saño.
- Lo sé, pero eso no cambia las cosas. Esa canción, ese momento, es solo uno más de los que te llevaste por delante, Hugo. - me armé de valor para mirarle una vez más. - eres como un huracan, arrasas con todo, lo destruyes todo y luego vuelves a intentar arreglarlo. - me acerqué a él para acariciar su cuello. - casi lo consigues. Casi nos arreglas, pero después de el paso de un huracán, las ciudades necesitan años para volver a construirse.
- Seguramente se reconstruye todo más rápido si seguimos juntos.
- O seguramente sigamos sufriendo represalias del huracán si vamos demasiado rápido.
- Pues iremos lento. - dijo anclando sus manos en mis caderas. - muy lento. Ahora ya hemos liberado a los demonios, está todo hablado. Vamos a reconstruir nuestra historia.
- Cuando lo dices suena todo tan fácil. - dije sin poder evitar sonreír ante su forma tan simple de verlo todo.
- Es fácil si tienes ganas. Y yo las tengo, tengo todas las ganas del mundo. No he tenido tantas ganas de que algo funcionara en mi vida.