XXVII

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Tardé cinco minutos en romper la promesa que me hice a mi mimsa de no entrar en redes hasta que el programa termina.

Cinco minutos con el móvil de nuevo entre mis manos y la aplicación de Twitter ya estaba abierta. Miles de notificaciones, muchísimos mensajes de apoyo, pero eso no era lo que quería leer. Quería ver como estaba él, ver si Hugo había echo o dicho algo sobre mi, sobre nosotros.

Todavia recordaba de memoria las cuentas que siempre solían hablar sobre nosotros, así que decidí buscar ahí, sonreí al ver como mi teléfono a pesar del tiempo todavía predcia el @ que estaba buscando, facilitándome las cosas.

No tardé en encontrar lo que buscaba, un pequeño video suyo con la cabeza agachada, pero alzandola al escuchar que lo llamaban.

Era un video del chat, él diciendo que todavía nos quedaban mil sueños por cumplir.

Cerré la aplicación para entrar en la de los mensajes y empecé a escribir, necesitaba contestarle, darle una señal por insignificante que fuera de que estaba bien, una señal de que iba a luchar por nosotros.

Abrí YouTube para terminar de ver el Chat en directo, las manos me picaban por participar en  chat online pero sabía que aquello sería demasiado. Así que solo esperé a que mi mensaje les llegara. Volví a llorar cuando él dijo que me quería.

La cama de hotel resultaba demasiado incómoda a pesar de se mucho más espaciosa de la que hasta el momento había sido mi cama. Las literas en la acedemia eran de tamaño individual, y dormir dos personas en ellas podía parecer incómodo, pero yo no había dormido mejor en la vida. Este colchón era demasiado grande ahora, y yo estaba demasiado sola.

En pocas horas tenía que estar de pie y dar mi primera entrevista pero aquella parecía no ser razón suficiente para cerrar los ojos. El móvil terminó de nuevo entre mis manos y sabía que volvería a mirar exactamente lo mismo, como si mis recuerdos no fueran suficientes para hundirme en la miseria, mi parte masoquissta quería más.

Estaba a punto de empezar mi búsqueda cuando algo decidió salvarme, alguien en realidad, alguien que parecía sufrir de insomnio al igual que yo.

"Supongo que estarás dormida pero llámame cuando te levantes, no importa la hora. Aún no puedo creer que hayas sido expulsada"

Cuando terminé de leer el mensaje decidí llamarlo sin dudar. A los segundos su mata de rizos moreno y su siempre presente sonrisa aparecieron en la pantalla.

-No puedo dormir. - dije en modo de saludo provocandoa risa de Rafa.
- Me lo imaginaba. ¿Cómo estás?
- He estado mejor, pero bueno, me lo esperaba.
- Si, yo también. - dijo con la sinceridad que le representa. - pero bueno la gente al parecer sigue siendo gilipollas.
- Rafa... - intenté frenarlo porque sabía que no me iba a gustar lo siguiente que dijera.
- Solo estoy diciendo la verdad... Parece que al niño de oro se le perdona todo.
- No hables así de Hugo. - no pude evitar defenderlo, el rubio tenía sus fallos pero merecía estar en  concurso.
-Como siempre le defiendes, pero él es una mierda. Como cantante será todo lo bueno del mundo, pero como persona... Bueno es un mierda. - repitió.
-Déjalo Rafa. - corté su discurso. - Hugo hizo las cosas mal, pero está arrepentido. Ojalá fueras capaz de darle una oportunidad a él y a Eva. Serias mucho más feliz.
- Que oportunidad ni que mierda. Ellos me traicionaron. Uno decía ser mi amigo ya otra aseguraba que era su persona favorita.
- Ya hemos hablado de eso millones de veces Rafa, ellos ahora ya no están juntos.
- Bueno no tardarán en volver a estarlo. - sus palabras dolieron más que un puñetazo en la barriga.
- Vete a la mierda...
- Mañana se despertarán haciendo la conga de nuevo.
- Callate. - grité odiando que  hubiera traído de nuevo a mi mente aquellas imagenes.
- Solo te estoy advirtiendo, ya pasó una vez.
- Ahora es diferente. - dije intentando convencerme a mi misma.
-¿Por qué? - quiso saber alzando las  cejas.
- Hugo y yo estamos... Estamos juntos.

Rafa se quedó en silencio un par de segundos que parecieron eternos, como si no pudiera creer mis palabras. ¿Acaso no había quedado claro a los espectadores que algo había cambiado entre nosotros mientras veían el directo?

- Así que los rumores eran ciertos, has terminado cayendo.
- Eso suena horrible Rafa, como si él me hubiera tendido una trampa.
- ¿No lo ha echo? - preguntó sin esperar respuesta. - Mierda Anaju pensaba que eras una chica lista.
- Te estás equivocando Rafa, esto es diferente, yo... Confío en él.
- Wow! - dijo sorprendido. - vas a pegarte la hostia del siglo. Lo sabes ¿no?
-Puede que si o puede que no.-acepté encogiéndome de hombros. - pero he decidido intentarlo.
-No merece la pena, Anaju. - habló dejando de estar a la defensiva, volviendo poco a poco a ser el amigo que tanto apreciaba.
- Yo creo que si... Y tu deberías alegrarte por mi.
-¿Alegrarme de saber que van a romperte el corazón?
- No, alegrarte porque tu amiga es feliz.
- ¿Por cuanto tiempo?
- Por el que sea. Si solo es un segundo ya será más que nada.
- Te dije que salieras de ahí - recordó las palabras susurradas en nuestro reencuentro.
- Ya era tarde. - confesé provocando su sorpresa. - creo que llevo allí desde que lo conocí.
- ¿Qué ? - parecía que no podía creerlo.
- Que creo que me fijé en el desde el principio, desde el primer momento.
- Pero si...
- Lo sé, nunca dije nada pero yo estaba tan jodida como tú cuando empezaron a dormir juntos, Rafa.
- ¿él lo sabía? - quiso saber.
- Yo lo rechacé, la noche antes de tu expulsión. Hugo dijo que me quería y yo no dije nada.
- Una mierda te quería! Que al día siguiente ya estaba con otra...
- Rafa. - llamé para intentar cortar de nuevo su ataque de sinceridad.
- Es que no puedo creer que no te des cuenta.
- Me quiere y lo sé - terminé explotando - ¿Acaso no nos has visto en el directo? ¿No has visto como nos ha costado despedirnos?
- Espera un momento.

A los pocos segundos me llegó un mensaje nuevo, era de Rafa, minimicé la videollamada para abrirlo, era una captura. En ella se veía a Hugo y Eva juntos en la terraza.

- También he visto esto, nada más terminar  Chat. Se nota lo mucho que te echa de menos.
- Son amigos. - dije intentando quitarle hierro  al asunto aunque aquella imagen había producido un resquemor en mi vientre.
- Si, yo también creía lo mismo cuando me expulsaron.

Terminé colgando a Rafa odiando el momento en  que decidí llamarlo, odiando que sus palabras me hicieran dudar cuando había prometido intentar confiar en Hugo.

Mi teléfono de nuevo entre las manos, la misma aplicación a punto de abrirse, pero esta vez la búsqueda iba a ser diferente.

Tres palabras a punto de escribirse, estaba nerviosa, sabía que era mejor no hacerlo, mejor ignorar y confiar, pero Rafa había tardado un segundo en despertar mis fantasmas. Sólo faltaba la última vocal para destruirme a mi misma.

Hugo y Eva, un segundo después mi teléfono estaba lleno de imágenes suyas, lleno de teorías, lleno de gente celebrando que gracias a mi expulsión ellos ahora podían vivir su amor libremente.

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Hola!
La escritora de luces de Neón y la de limón y sal y yo estamos planeando una cosa para el 29, el día limonero, si sale bien puede ser algo bonito, así que si escribís también fanfics Anahug y queréis participar buscarme en Twitter @ hopenovela y esta noche crearemos un grupo para daros toda la info por md. No dudéis en uniros que de verdad puede ser algo guay.
Gracias.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora