XLIX

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Tardé dos citas desastrosas en saber que intentar tener otra relación sería un fracaso. Acepté ir a cenar con Iker, un cliente habitual del bar donde cantaba. Él había intentado en varias ocasiones invitarme a una copa despues del espectáculo, lo consiguió y se sorprendió cuando después de meses decidí aceptar también salir a cenar.

Iker era un buen chico pero durante toda la noche solo podía analizar sus reacciones e internamente pensar:"Hugo se habría reído de esto" o "Hugo hubiera dicho algo diferente" o "Con Hugo era diferente"

Todo lo que ocurrió durante la velada, me recordó a Hugo.

- No va a volver a repetirse, ¿verdad? - Iker preguntó cuando me acompaño a mi coche.

La noche iba a terminar aquí, cada uno regresando a su casa.

-No creo. - reconocí incapaz de mirarle a los ojos.

- Bueno, por lo menos lo hemos intentado. - para mi sorpresa se lo tomó con humor, despidiéndose de mi con un beso en la mejilla.

- Buenas noches.

No volví a Hugo después de esa cita. El no querer compartir mi vida con otra persona que no fuera él, no quería decir que no podía compartir mi vida conmigo misma.

Los siguientes meses pasaron volando, fue un tiempo para reencontrame conmigo misma, para perdonarme y dejar de reprocharme errores pasados.

Volví a escribir, a permitirme plasmar en canciones todo el dolor que Hugo me causó. Fue sorprendente ver como lo que empezó con canciones de desamor acabó con canciones románticas.

Pase de escribir lo mucho que odiaba su existencia a cantar sobre como cada noche antes de dormir sus ojos verdes eran todo lo que vía.

Cerré mis heridas, sacando la rabia de mi cuerpo y quedándome solo con el anhelo de tenerlo de nuevo. Terminé perdonándolo cuando logré desahogarme.

A finales de Junio ya sabía que volvería, el problema era adivinar como. Debía llamar a su puerta y decir; ¿hola?

Encontré la respuesta cuando la mañana previa a mi cumpleños recibí un paquete. Al abrirlo me encontré con un sobre y tres cajas más pequeños. Cada una enumerada del uno al tres. En el sobre se encontraba un claro "leer primero" escrito a mano.

"Hola preciosa,

Mañana es tu cumpleaños, y aunque no lo creeas, aunque no apareciera en cada uno de ellos como prometí, no olvidé ninguno de ellos. Siempre estuve a punto de volver.

Abre la primera caja, Por favor.

(Abrí el primer paquete encontrándome en el un puzzle sin hacer)

La primera vez que estuve a punto de volver decidí regarlarte un puzzle. Si decides hacerlo descubrirás que es una de mis fotos favoritas, la foto del día que le dijiste al mundo que me querías. Tambien verás que le puzzle no está completo, falta una pieza. Una parte que he decidido quedarme

Ahora abre el segundo regalo.

(El segundo paquete era una bola del mundo.)

En tu segundo aniversaió planeé aparecer con esa bola del mundo entre mis manos, pedirte que cerraras los ojos, guirar la bola y que la detuvieras cuando te apeteciera. El lugar que saliera sería nuestro proximo destino, sin importar cual.

No me atreví a volver, pero jugué por nosotros. El destino se decidió hace dos años, ojalá te apetezca descubrirlo.

Te queda un último regalo, ábrelo

(En el último paquete se encontraba una libreta, y un pequeño usb)

Todavía estamos a tiempo de pasar este cumpleaños juntos, pero si todavía no has decidido volver. Estás son todas las canciones que escribí sin ti. Una vez te dije que no había historia sin ti y era cierto, sin ti solo hay canciones.

He grabado todas y cada una de ellas. Me gustaría que todavía no las escucharas, tengo la esperanza de poder repetir esta noche, el primer concierto que te di.

Vuelve, amor, aquí te espera la ultima pieza para terminar nuestro puzzle, un nuevo destino donde perdernos y la banda sonora de nuestra historia."

Al terminar de leer y notar las lágrimas de felicidad mojar mi rostro, supe que ya sabía cuando regresar.

Estaba nerviosa, demasiado nerviosa. El nudo se había instalado en mi barriga y parecía no querer desaparecer. Todo me estaba saliendo mal. En menos de cinco minutos había roto mis medias, manchado mi vestido y destrozado mis ojos con el Eyeliner.

"Vale, Ana julieta solo es Hugo, relajate"

Me obligué a repetirme a mi misma una y otra vez mientras volvía a empezar; cogía unas nuevas medias, un nuevo vestido y volvía a maquillarme. Esta vez salió bien.

Cinco minutos antes de la media noche estaba enfrente de su portal, en breves nuestro portal. Esperé a que dieran las doce para llamar a la puerta, Hugo tardó un segundo en abrir, como si hubiera estado esperándome.

No fui capaz de abrir la boca, al verme sus brazos me rodearon adentrandome al apartamento. Rodeé su cintura sin querer despegarme nunca más de su pecho.

Él me obligó a separarme solo para acunar mi rostro y mirarme fijamente. Sollocé al ser capaz de reconocer su mirada. En algún momento de nuestra vida pasada dejé de saber lo que pensaba. Llegué a pensar que era otra persona, no lo reconocía, pero ahora, ahora era Hugo, mi Hugo. Nadie jamás me había mirado con más amor en mi vida.

- Te quiero. - dijo antes de besar mi frente.

Besé sus manos en respuesta y volvimos a mirarnos. Él sonrió con el alma antes de juntar nuestras frentes.

- ¿Puedo? - preguntó desviando la mirada a mis labios.

No contesté, era incapaz de formular palabra alguna así que junté nuestros labios en respuesta. Tres años después sus besos seguían sabiendo a casa.

Nuestras lenguas no tardaron en aparecer deseando también formar parte del reencuentro. Mis manos viajaron de nuevo a su lugar favorito acariciando su cuello, su manos sujetaron con fuerza mis caderas.

Fue Hugo quien decidió romper el contacto.

- Estoy deseando comerme el postre, cariño, pero todavía no hemos cenado. - dijo girándose para abrazarme por la espalada mientras nos dirigíamos a la cocina.

El lugar no había cambiado nada, pero no pude evitar observar como la luz en el salón era algo mas tenue de lo normal y la mesilla de noche estaba decorada con un par de velas. Efectivamente Hugo estaba convencido de que vendría.

- Creo que mi llegada no te ha pillado por sorpresa.

- La esperanza es lo ultimo que se pierde. - Conestó besando mi mejilla. - Feliz cumpleaños, amor.

Sin pensarlo me giré para volver a besarlo, por que si, por que ahora podía de nuevo.

- He traido todos tus regalos, así que esta noche me debes un puzzle, un destino y la banda sonora de mi vida.

- En realidad es solo la banda sonora de nuestra historia. - dijo rascándose la cabeza.

- Nuestra historia es mi vida, Hugo.

Fue él quien no pudo evitar besarme esta vez.

Cuando nos separamos escuché un ruido extraño procedente de nuestra habitación.

-¿ Tienes visita? - pregunté extrañada.

- No son una visita, ahora comparto piso, pero al parecer no pueden estarse quietos.

Antes de que pudiera seguir preguntando Hugo abrió la puerta de su habitación, al instante dos pequeñas bolitas de pelo se posaba en mis zapatos.

- Te dije que nunca tendríamos un perro, entonces - habló recordando una conversación demasiado lejana. - quizás no lo recuerdas pero tu dijiste

-Gatos. - contesté por el.

- Si, en plural. Ahora tenemos dos gatos.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora