«"Ella es devastadora, si supiera lo loco que me vuelve con una mirada, jamás dudaría de lo que siento por ella"»
Samantha Sánchez consiguió un trabajo como secretaria en una empresa prestigiosa, con los fantasmas de su pasado tocando a su puerta s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me desperté porque sentí como me daban besos por toda la cara, abrí los ojos con una sonrisa que nadie me podía quitar y veo que mis angelitos que me están sonriendo con su padre al lado de ellos y rio por lo tiernos que se ven en esos momentos, agarro a mis pequeños y les comienzo a hacer cosquillas, la habitación se inunda con sus encantadoras risas, haciéndonos reír a Ethan y a mí.
Dejo de hacerles cosquillas y les beso su cabecita, le doy los buenos días a Ethan con una sonrisa y me voy al baño, me quito la ropa, me adentro en la ducha para después de unos minutos salir, me en rollo en una toalla, salgo del baño y veo que ya no están los niños y Ethan, voy al closet, busco mi ropa interior y ropa que consistía en un suéter de tirantes color azul metálico y unos jeans acompañados de unas sandalias doradas.
Bajo las escaleras, me dirijo hacia la cocina en donde provienen las risas de mis pequeños acompañados de las de Ethan, entro a la cocina encontrándome a Ethan con manchas de harina en la cara y a los niños sentados en sus sillas.
- ¿De que tanto ríen sin mí? -dije entrando a la cocina con una sonrisa divertida al ver el desastre que hicieron estos niños en menos de unos minutos.
-Papi eta intentando cochina-dice Skyler burlándose de Ethan y eso me hizo reír, Ethan me mira enojado y haciendo un puchero, lo miro divertida mientras negaba con la cabeza arqueando una de mis cejas.
-Ay el niño grande se enojó ¿él quiere un abrazo? -dije con falso puchero tratando de no reírme, Ethan asiente y yo voy hacia él, pero antes de hacerlo agarro un poco de harina y se lo lanzo en la cara.
-No lo acabas de hacer-dijo el indignado y con la boca abierta, yo solo atine a reírme con fuerza y sostenerme la barriga por instinto, pero siento como el muy maldito me lanza un huevo en la cabeza y me manda una sonrisa traviesa.
Si él quiere guerra, guerra tendrá, le lancé un puñado de harina en la cara y mis niños y yo reímos, vi las intenciones de Ethan y salí corriendo, comenzamos a dar vueltas por la cocina, mientras que yo trataba de que no me lanzará huevos, pero cuando pensé que ya me alcanzaba y me los iba a lanzar nos caímos en donde estaba toda la harina regada.
Los niños y nosotros reímos en carcajadas por lo sucedido por unos cuantos segundos, Ethan se levantó y me ayudó a hacerlo a mí, iba a caer de nuevo, pero me sostuvo de la cintura quedando a escasos centímetros del uno con el otro.
-Me gusta estar así contigo y los niños-dijo Ethan con una mirada llena de amor, yo le sonreí, pero al instante recuerdo lo que nos hizo o mejor dicho lo que me hizo a mí, así que con rapidez me separo de él, viendolo con su cara desencajada por la confusión.
-Está bien, nada de estar cerca de ti, ni de darte un beso, ya lo tengo claro tranquila-dijo levantando las manos rendido y soltando un suspiro, al ya saber al instante de lo que había hecho hace un rato sin dejar de mirarme en ningún momento.
