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En cuanto terminó de limpiarme me puse de pie

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En cuanto terminó de limpiarme me puse de pie.

- gracias - solté bajo y salí del salón dejándola sola... ¿Por que? Por el simple hecho que yo soy malo con ella y ella no, me hace sentir mal conmigo mismo.

Ahora si me iría a fumar.

Fui hasta la parte trasera de la escuela y me salte la barda con ayuda del bote de basura. Caí del otro lado donde esta el cementerio.

Me recargue sobre una lápida y saque mi paquete de cigarros. Lo prendí e inhale... Me relaje al instante.

Saque mis manos de mis bolsas y mire los vendajes... Lo hizo muy bien a decir verdad. Cerré mis ojos recordando ese momento... Fue la segunda vez que toque sus manos.

La primera fue cuando la lleve afuera de la fiesta.... Ahí fue donde me doy cuenta de quien soy, la toque para mojarla y humillarla mientras ella me tocó para curarme, por que se preocupo por mí.

Aún que dolió mucho me gusta como se sienten sus manos.

Estaban cálidas, son delgadas y finas, son muy bonitas... Pero aun mas bonita ella cuando se concentra... Siempre frunce el ceño, en matemáticas lo hace, siempre lo hace.

Recarga su barbilla sobre su mano y ve fijamente el pizarrón frunciendo el ceño.

En matemáticas me siento más adelante para verla hacer eso... Es divertido...

Incluso una vez intente pedirle ayuda pero no me atrevía... Soy malo para las matemáticas pero ella no... Es muy buena en eso.

Escuche el timbre de nuevo.

Me apresure a apagar el cigarro, volví a subir la barda y entre de nuevo a la escuela.

Entre al salón viéndola de nuevo, no tenía expresión alguna. Me seguí de largo hasta mi lugar atrás.

Después de un rato volví a golpear mi butaca con el lápiz y esta vez si volteo.

Hice contacto visual unos segundos con ella y ella volvió a ver al frente. Sonreí, como me gustaba que hiciera eso.

A la hora de la salida como siempre mi hermano me estaba esperando afuera con sus amigos.

Tenía una sonrisa en el rostro.

Llegué a él y tenía un cigarro en la boca. Saque las manos de mis pantalones y se lo quite para meterlo a mi boca, vi como su cara cambió.

- ¿que te paso? - hablo serio.

- tuve una pelea - sacó otro cigarro y lo prendió.

Amor de Época Donde viven las historias. Descúbrelo ahora