.XXXVIII.

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Lo que mis ojos captan hace que me quede sin voz

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Lo que mis ojos captan hace que me quede sin voz.

La regadera tiene una puerta de cristal, se ve todo brorroso por el material, pero eso no impide poder ver la silueta, de hecho ahora que lo pienso la imagen que tengo no esta nada distorsiónada.

El calor sube a mis mejillas y me cuesta trabajo respirar. No sé si es por el vapor o por como mi cuerpo está reaccionando.

Terminó, me limpio, jalo la palanca, me lavo las manos y salgo sin decir nada más. No tenía que decir.

Me acuesto sobre la cama y la imagen aun no desaparece, siento un hormigueo en mi vientre. Mi cabeza comienza a trabajar por si sola, me siento abochornada y cada parte de mi cabeza me grita que entre al baño.

Siento aquella necesidad que muy pocas veces ha estado en mi diciendo que me toque. Pienzo hacerlo, estoy decidída a hacerlo o al menos eso creí cuando Shawn sale del baño, y la manera en que sale no me ayuda en mucho.

Una toalla alrededor de su cadera es lo único que lo cubre, gotas de agua están esparcidas por todo su cuerpo, no puedo evitar mirar su abdomen para segundos después ver la V que se marca.

Siento aun más calor del que sentía, me limitó a volver a ver hacia arriba, aun que ahora estoy peor que hace 5 segundos.

Un fuerte estruendo se escucha en todos lados, a la vez la luz se va. Un grito sale de mi boca al escuchar aquel ruido, jamás había escuchado uno tan fuerte.

Mi instinto actuó por mi y salí corriendo de la cama para abrazar a Shawn. Escondo mi cabeza en su pecho.

Siento como las gotas que adornaban su pecho ahora están por toda mi cara.

Mi cerebro procesa lentamente lo que está pasando, aquel cosquilleo ahora se sienten como pulsos.

Despues de unos segundos siento las manos de shawn en mi cadera, eso solo me hace sentir peor ... O mejor.

- amm, yo lo-lo siento - ¿¡acaso tartamudeé!?

Me separe de él y lo mire. A pesar de que es de noche y no hay luz lo puedo ver gracias a la enorme puerta de cristal que tiene las cortinas abiertas, esta deja que la luz de la luna nos ilumine un poco, puedo distinguir sus facciones a pesar de que estemos en la zona más oscura del cuarto.

- no pasa nada, no tengas miedo - vuelve a abrazarme, las enormes ganas de simplemente quitarle la toalla me invaden.

- no, espera no me abraces - digo por lo bajo, me siento tan nerviosa, nerviosa por cómo está reaccionando mi cuerpo, siento que en cualquier segundo empezaré a sudar. Me separe y me fui a sentar a la cama a tomar aire, lo necesitaba.

- ¿qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa? - vuelve a caminar hasta mi, se pone de cuclillas y sus manos se posan sobre mis piernas.

Mi respiración ya es demasiado agitada.

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