.XVI.

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Estábamos los 3 acostados en las cobijas viendo la vieja televisión de los abuelos de Johan

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Estábamos los 3 acostados en las cobijas viendo la vieja televisión de los abuelos de Johan.

Eran las 5 de la mañana y yo ya tenía mucho sueño pero Shawn y Johan seguían comiendo como si no hubiera un fin, desde que llegamos nos pusimos a platicar, dimos una vuelta afuera, jugamos verdad o reto y compramos muchas cosas para comer pero yo ya no puedo más.

- yo ya voy a ponerme pijama - me pare y fui a mi mochila para sacar mi pijama.

- ¡que poco aguante tienes Alexa! - escuché el grito de Johan pero yo solo lo mire mal.

Tome la mochila y me fui de tras de los montones de paja para cambiarme.

- ¡¿tu alguna vez a visto a alguien desnudo?! - escuché el grito de Johan y después la risa de Shawn.

- no, y no pienso hacerlo hasta que me case - conteste.

- yo quieto ver a una mujer desnuda - grito de nuevo Johan.

Termine de ponerme la pijama y salí de mi escondite.

Ambos me miraban atentos, bien es algo corta pero me gusta mucho y era lo único que tenia limpio.

Me senté en medio de los dos.

- ¿tu alguna vez viste a alguien desnudo Shawn? - Shawn miró a otro lado tratando de evitar la pregunta - ¡oh por dios! - grito Johan, yo mire a Shawn sorprendida - ¿como fue? - Shawn solo soltó una carcajada.

- pues... - rasco su nuca y bajo la mirada - me gustaba, yo le gustaba, estábamos solos en mi casa - mire sorprendida a Shawn.

- ¡no solo viste a alguien desnuda si no que también te la cogiste! - Johan estaba más emocionado que Shawn.

- y yo me sorprendí por que bebías y fumabas - Shawn subió sus hombros y se acostó.

- bueno bueno, yo igual iré a ponerme pijama - Johan se puso de pie y desapareció.

Shawn y yo estábamos en silencio.

- ¿tu me enviaste las 8 rosas? - claro que si pero me daba pena decírselo

Me quedé en silencio y comencé a trenzar mi cabello.

Él se sentó de nuevo y me miró

- gracias - hablo por lo bajo, lo mire y él me estaba viendo fijamente.

- ¿tu me enviaste todas esas rosas? - pude ver el color rojo en sus mejillas.

- si - dejó de mirarme y bajó su mirada.

- gracias - hable igual de bajo que él pero aún tenía una pregunta - todas esas notas... ¿Son verdad? - aquellas notas no hacían más que confesar amor y de solo pensarlo cada parte de mi cuerpo temblaba.

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