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Escucho retumbar el cielo, me levanto exaltada, me tiro al suelo cubriendo mi cabeza

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Escucho retumbar el cielo, me levanto exaltada, me tiro al suelo cubriendo mi cabeza. Empieza a sonar la alarma de emergencia.

Miro a mi compañera Charlotte a un lado mío también cubriéndose.

- que fue eso - hablo horrorizada.

- no lo sé - de la nada entra nuestro general.

- acaban de atacar uno de los dormitorios de los soldados, hay muchos heridos ¡las necesito a todas! - salimos corriendo en cuanto nos dio la orden, yo no entendía nada, tenía mucho miedo.

Salimos de nuestro dormitorio y pude ver a que se refería el general, uno de los dormitorios de soldados estaba en llamas.

Mire a mi derecha y pude ver un avión derribado. Todas corrimos a la enfermería donde comenzaron a llevarnos los cuerpos. Fui a mi zona y ya había un hombre esperándome.

Gritaba de dolor, estaba totalmente quemado.. Su piel estaba al rojo vivo y sangre escurria de todos lados. Llegó el doctor de mi zona y miró al hombre, él es el que nos dice si podemos hacer algo.

Me dio una mirada, ya no lo podíamos salvar y si había una mínima posibilidad quedaría totalmente mal...

Tome la morfina y se la inyecte.

Lo que se debe poner son 5 mg, yo le puse 50... Una muerte de 10 a 15 minutos, pero ya no iba a sentir dolor.

Camine a la siguiente camilla, un hombre no tenía pierna, tuve que hacer un torniquete tan fuerte y comenzar a vendar para deter el sangrado. Tenía que ir por sangre si no moriría.

Pasada 1 hora donde todo era caos y gritos la sangre comenzó a acabarse, ya no teníamos más, y nos faltaba aún mucha.

- ahora, todas, necesitamos sangre - corrí por las bolsas donde debe ir la sangre, encontré mi vena y comencé a sacar, lo recomendable es donar un poco menos de medio litro... Pero teníamos que donar un poco más si queríamos salvar a más hombres, todas mis compañeras comenzaron a hacer lo mismo - ¡los muertos que creen que pueden sacar sangre háganlo! - respire hondo, el mundo se estaba viniendo abajo.

Corrí de camilla a camilla, encontré dos hombres muertos por quemaduras, no llevaban más de 2 minutos muertos, comencé a drenar cada gota de su sangre.

Se escuchaban disparos afuera, yo solo pedía a Dios que ninguno entrará. Ya tengo suficiente cor los alaridos de dolor de todas las personas a mi alrededor.

Hay ocasiones en las que creo que estoy muerta, y este es mi castigo. Todas las noches duermo atormentada, todos los días escucho gritos de dolor, todos los días veo hombres morir, todos los días tengo que cortar una pierna o un brazo, todos los días tengo que matar hombres que ya no tienen esperanza.

No se que le he hecho a Dios para que me castigue de tal manera. Esto no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

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