.XIX.

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Escuchamos el timbre del receso, esta vez no salí corriendo para ir a fumar, aun que agradezco el haberlo hecho.

- ¿hoy no se van a desaparecer? - pregunto molesto Johan, se enojo con nosotros por haberlo dejado solo y aún no se le pasaba.

- ya te pedimos perdón Johan - hablo Alexa haciendo un puchero, se veía tan linda.

- no, ahora yo los dejaré solos y me iré con mis otros amigos - estaba intentando ponernos celosos.

- Johan no empieces - Alexa rodó los ojos y se puso su abrigo, yo hice lo mismo.

- adiós - se fue muy enojado, yo mire a Alexa, me quería reír a carcajadas pero se que a Alexa le importa mucho Johan... Más de lo que quisiera.

- vamos por él - quiso salir pero yo la jale de regreso a mi haciendo que chocará conmigo.

Ella se sonrojo pero no dijo nada.

- ¿y si vamos al cementerio? - pase mis manos a su cadera, estaba tan nerviosa.

- pero... ¿Y Johan? - miró atrás, hacia la puerta.

- ya nos dijo que se irá con sus otros amigos - Alexa no se veía muy convencida.

- Shawn, Johan no tiene más amigos - no pude más y reí.

- bien, si no quieres ir, no iremos y ya - la solté pero ella no se movió, en su lugar comenzó a jugar con el cuello de mi camisa.

- si quiero ir... ¿Pero y Johan? - sonreí, ella se preocupa más por otras personas que por ella misma.

Me acerque y deje un beso en su frente.

- bien, vamos con Johan - ella sonrió pero no se movió.

- vamos al cementerio y en el siguiente receso vamos con Johan - una sonrisa de victoria salió de mis labios.

Ella me dio la mano y caminamos hasta afuera de la escuela.

La ayude a subir y después yo subí.

Baje y la ayude a bajar.

- ¿entonces aquí era donde te desaparecías todos los días? - moví la cabeza diciendo que si.

- me gusta por que es silencioso - nos sentamos y ella se acomodo entre mi brazo y mi cuerpo.

- ¿y no te da miedo? - la mire extraño.

- ¿por qué tendría que darme miedo? son muertos... Muy muertos - ambos reímos.

- no lo sé, estar solo aquí - la abrace.

-ya no estoy solo - ella sonrió - ¿puedo besarte? - pude ver el color rojo en su cara.

Sonreí y ella también, movió la cabeza diciendo que si.

Me acerque a sus labios y no espere más para besarla.

Se que ayer decía que no lo podía hacer pero no me podía resistir, es muy difícil.

Sus labios ya se movían mejor que la primera vez que la bese.

Cada vez nos girábamos más para no cortar el beso, entonces ella sin separarse se sentó a horcajadas sobre mi, no me lo esperaba por lo que solté un suspiro.

Amor de Época Donde viven las historias. Descúbrelo ahora