Una historia que estuvo oculta por mas de un siglo, una historia de amor que no terminó como se quería, una historia que no tuvo un final feliz gracias a los prejuicios...
Una historia que un siglo después finalmente es desenterrada, una historia de...
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- Eres un idiota - solté una carcajada al escuchar la estúpida historia de Johan, mire a Alexa para ver su reacción de la historia de nuestro amigo.
El profesor salió porque lo llamó el director, por lo que nos dejó solos.Ella estaba en su lugar con la cabeza recostada sobre la butaca. Creí que nos estaba prestando atención.
Y no fui el único ya que mire a Johan y el solo levantó los hombros dándome a entender que tampoco sabía que no nos prestaba atención.
Me estire un poco ya que estaba a mi lado y le toque el hombro llamándola.
Levantó su cabeza y tenía el ceño fruncido, se veía irritada.
- ¿estas bien? - pregunté en voz baja ya que ella es excesivamente alegre pero hoy no... Apenas y me habla, y no soy el único a Johan también lo ignora.
Me dio una sonrisa que pareció más una mueca.
- estoy bien, solo... Quiero estar sola - le di una sonrisa, la entendía tal vez tuvo un mal día en su casa.
Seguí platicando con Johan ya que él se comenzó a sentar adelante de mi.
- ¿y tu que Shawn? ¿Que es de tu vida? - si bien nos hicimos amigos nunca he hablado con nadie de mi pasado.
- pues ¿que quieres que te cuente? - es mi amigo supongo que puedo confiar en él.
- según tengo entendido no eres de aquí - le di una mueca.
- soy de Canadá, pero mis papás ya no querían vivir ahí por lo que decidimos mudarnos aquí - realmente estamos aquí por los problemas que ha tenido mi papá con sus hermanos, o más bien problemas que yo cause... Han llegado a tal punto que tuvimos que huir del país.
Escuche como Alexa se levantó de la banca y comenzó a caminar pero después escuchamos risas... Más bien carcajadas.
Mire atrás de mi que era de donde venían las risas.
Era el grupo de William, no me cae nada bien ese sujeto, más de una vez lo he visto molestando a Alexa y a otras chicas del salón.
- uy Alexa, al parecer tuviste un accidente - y volvieron a estallar en risas.
Mire a Alexa sin entender muy bien ella apenas había llegado a la puerta del salón.
Ella los miraba sin entender muy bien igual que yo, entonces vi como ellos la señalaban, dirigí mi vista a donde la señalaban.
Estaba manchada, muy manchada, se podía notar el color rojo en su falda gris.
Ella se tocó y levantó su mano llena de sangre, entonces todo el salón comenzó a reír a carcajadas.
