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Tendría una cita.

Rubén había estado relajado todo el día, había tenido citas antes, por supuesto que sí. No había nada de que preocuparse.

La idea se repitió en su cabeza una y otra vez durante todo el día, cada vez más fuerte.

Mientras atendía a un cliente (seguramente el último del día) vio la hora en el reloj que colgaba en la pared frente a él, faltaban dos horas y media para su cita.

Entonces se dio cuenta: tendría una cita.

Cuando el chico con el que hablaba se fue finalmente, Rubén salió corriendo, cerró la veterinaria y subió las gradas que llevaban aa su departamento sobre el negocio que tenía.

¿Qué iba a ponerse? ¿Cómo iba arreglar su cabello? ¿Debería llevar flores? ¿Debería ponerse un look casual? ¿O un traje? ¿No lucían sus dientes muy amarillos?

Tomó el teléfono y buscó el número de su mejor amigo entre los contactos.

- ¡Necesito ayuda! - chilló apenas escuchó el timbre cortarse, pero no hubo más que silencio del otro lado.

- Eh... - esa era una voz que conocía, pero no era la de su mejor amigo. - Mangel está en el baño, ahora te lo paso.

- Gracias, Lolo. - respondió, golpeando el piso con el pie. Escuchó algo de conversación a través de la línea antes de que alguien volviera a hablar.

- ¿Qué pasa, tío? - preguntó Mangel desde el otro lado de la línea.

- ¡Es un 33-12! - exclamó, revolviéndose el cabello con la mano libre. - ¡Tengo una cita y no tengo la menor idea de que ponerme!

- Oh, ¿con el chico tan guapo de ayer? - hay una leve pausa antes de que Mangel diga 'no tan guapo como tú'. - Ve a bañarte y límpiate bien las orejas, voy enseguida.

- Llama también a Alex, necesitamos refuerzos. - murmura antes de cortar.

Rubén Doblas, quién aquella mañana estaba más que tranquilo, corrió al baño de su pequeño departamento, demasiado nervioso para ser capaz de pensar en otra cosa que no fuera su cita.

Vet // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora