e p í l o g o

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- ¿Te dieron tan duro que te embarazaron o qué coño, Rubius? - pregunta Alex, frustrado, viendo como el susodicho saca la cabeza del inodoro.

- Es solo que estoy muy nervioso. - susurra, sentándose en el piso del baño. - Me voy a casar en un par de horas.

- Lo sé, y tienes que arreglarte, subnormal.

El más pequeño le toma la mano, y tira del cuerpo de Rubén hacia arriba, su cuerpo se balancea y las manos de Alex se presionan sobre su pecho, para mantenerlo en su posición.

- Creo que voy a~

- ¡Si me potas encima te juro que te corto las pelotas! - exclama Alex, quien ya estaba metido en su impoluto traje gris.

- Tú no sabes como tratarme. - farfulla el peliblanco, y se inclina hacia el lavamanos para limpiarse la boca. - Quiero a Samu.

- Que no, es de mala suerte.

- "Mala suerte" mis cojones. - insiste, peinándose el cabello blanco con los dedos. - ¿No puedo ir a verlo? Solo por cinco minutos.

Alex se queda callado un minuto, mordiéndose el interior de la mejilla, antes de negar.

- No, ahora vamos, tienes que cambiarte antes de que se~

- ¡Samuel, no! - se escucha en el pasillo, antes de que la puerta sea abierta y el ojimorado aparece. - Traté de detenerlo, Alex. - se excusa Fargan, en cuanto su esposo le dedica un ceño fruncido. - ¡No pude! ¡Míralo! ¡Parece un puto toro!

- Joder, Fargan, tenías solo un puto trabajo.

Samuel ya llevaban puestos los pantalones blancos que iba a usar para su traje, y se acerca hasta Rubén, quien salta sobre él, el otro par continúa hablando y soltando palabrotas.

- Cállense, maldita sea, ¿no ven que que le va a dar una embolia? - se queja, cubriéndole los oídos de Samuel.

- Ala, separaos ya, cada uno pa' su puto cuarto. - dice Alex, moviendo ambas manos.

- Fargan fue quien se acabó la botella de vino especial en su boda. - suelta Samuel, mirando como la expresión de Alex cambia su ceño fruncido en dirección a su esposo.

Entonces la ira del pequeño recae sobre su pareja, dejando a los otros dos de lado.

- ¿Tas bien? - pregunta el ojimorado acomodando el cabello blanco del menor fuera de su rostro.

- Ci, pero quería verte, y ese subnormal no me dejaba. - farfulla en voz baja, evitando que los noten.

De pronto la puerta vuelve a abrirse con un golpe y un radiante Luzu aparece, sosteniendo un café en su mano derecha.

- ¡Buenos días, bitches! The perfect day for a wedding! - exclama sonriendo, hasta que mira a las dos parejas, Alex sosteniendo a Fargan por la corbata para que se incline en su dirección, mientras susurra excusas, y luego a Rubius cubriéndole los oídos a Samuel mientras el mayor le sonríe. - Pero, ¿qué mier~?

- Buenos días, gorrinos, - saluda Auron, sin levantar la vista de su teléfono mientras entra. - y: hola, mi niño, luz de mis ojos.

Alex termina por soltar a su esposo, no sin antes dedicarle una mirada severa, y Rubén por fin aparta las manos del mayor, solamente para sujetarlo por el brazo.

- ¿Y qué es esto? ¿Una maldita reu~?

- ¡Al fin encontré la corbata de los cojones! - interrumpe Mangel, entrando con un largo retazo de tela blanco en una mano.

- Fuiste por la maldita corbata hace casi una hora, Mangel. - se queja Alex, con el ceño fruncido.

- Ya... es que Lolito la manchó con chocolate y tuvimos que limpiarla y... - se encoge de hombros, recordando como casi toda la corbata había terminado manchada del color café. - en fin, tuve que comprar otra.

Vet // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora