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- Chiqui, ¿qué pasó? - Rubén levantó la vista hasta el rostro de su novio, tenía el cabello revuelto y expresión preocupada.

- ¿Qué...?

- Parecía que tenías una pesadilla, - le aparta el cabello del rostro, sonriéndole con compasión. - ¿tas bien?

Los ojos avellana se le llenaron de lágrimas, y se echó hacia adelante para abrazarlo por el pecho, hundiendo la nariz en su cuello, descubriendo que seguía oliendo igual que siempre.

- Rub, me estás asustando, tonto. ¿Qué pasó? - pregunta con tono cálido, acariciando la piel desnuda de espalda con más yemas de los dedos.

- Soñé... soñe que te perdía... - solloza, presionando el cuerpo del mayor más fuertemente.

- No me vas a perder nunca, tontito, estoy aquí. - murmura, poniendo la boca contra la cabeza del menor. - ¿De acuerdo? Pero no llores, te preparo tortitas, ¿quieres?

- Ci. - farfulla, con una sonrisa tonta extendiéndose en sus labios. - Pero déjame ir contigo, no te vayas a separar de mí.

- Claro que no, chaval, ¿quieres que te lleve cargado? - ambos comparten una risa y entonces Samuel le planta un suave beso en la frente.

- No importa cómo, solo... solo no me dejes.

- Créeme, he estado intentando dejarte desde hace demasiado tiempo, no es fácil. - Samuel se ríe cuando mira el ceño fruncido de su novio, pero en realidad Rubén estaba pensando en lo mucho que lo amaba, lo mucho que adoraba verlo riéndose de estupideces y como se le marcaban los hoyuelos en las mejillas.

- Te amo. - suelta, y las risas del mayor cesan casi al instante.

- Jo, macho, es la primera vez que no tartamudeas, ya me estás asustando. - los brazos de Samuel se envuelven aun más fuerte alrededor de él. - Pero yo te amo también.

Despierta de un salto, con la espalda dolorida, por la incómoda posición en la que se había quedado dormido.

Había personas yendo y viniendo a su alrededor, levantó la vista hasta el reloj que colgaba de la pared.

3:38

Se frotó los ojos, mirando alrededor, seguía en la sala de urgencias, en la misma silla, pero con distintas personas a su alrededor.

David aparece, con expresión cansina y ojos llorosos, miró a Rubén y trató de dedicarle una sonrisa, pero no pudo.

Quería volver a su sueño...

Vet // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora