8
¿Qué me pongo?
¿Formal?
¿Elegante?Ropa, ropa y más ropa era lo que había en mi habitación.
En el suelo, en la cama, en el escritorio, hasta en las entanterias.Ares: Ponte cuanquier cosa, todo te acaba favoreciendo.
Ares se convirtió en mi acesor personal, desde...
A si, desde que nacimos.
Siempre me daba consejos sobre que ponerme o que no.
Y este era uno de esos casos, pero estaba vez estaba tan despistado que no me ayudaba mucho.- No me ayudas mucho Ares, solo me dejas con más dilemas de que ponerme.
Ares: Ponte algo blanco, siempre te ha favorecido mucho.
Me ve serio y se dirige a la puerta para irse.
Ares: Que lo pases bien Artemisa.
- Gracias hermanito.-
Una vez me deja sola en mi habitación, empiezo a recogerlo todo, aunque no lo doblará lo meto todo en el armario.
Al final le hago caso al consejo de mi hermano y me vistoDejo mi pelo suelto, esta vez no me maquillo.
Cojo una chaqueta, mi dinero y mi móvil y bajo al salón.
Justo me siento en el sofá cuando tocan al timbre.Raquel se me adelanta a abrir pero voy justo detrás de ella.
- Es para mi Raquel, gracias.-
Hades le da las gracias a Raquel y ella nos deja solos.
Hades: ¿Nos vamos?. -
Asiento.
Una vez en su coche Hades empieza a conducir.
Observó cada uno de sus movimientos, como cambia de marcha, como gira el volante, como gira su cuello para fijarse bien en todo...Hades: Me gusta que me mires.
- Me preguntaba como alguien se puede ver tan jodidamente perfecto incluso en una cosa tan simple como conducir.
Hades: Vaya Zanahoria, no te recordaba tan directa.
- Bueno, aprendí que si no lo era dejaba escapar muchas cosas.
Hades:Me gusta que lo seas.
Mis nervios aumentan cuando coloca su mano encima de mi pierna.
Su pulgar acaricia mi pierna.
Cogo su mano y enredo mis dedos con los suyos.Hades: Hemos llegado.
Suelta mi mano para cambiar la marcha y apagar el motor de su coche.
Hades: Necesito que te pongas esto.
Miro su mano la cual tiene una venda sobre ella.
Lo miro confundida.Hades: Es para que no arruines la sorpresa.
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Caos.
Ficțiune adolescențiSus ojos azules podían volver loco a cualquier ser humano que habitara la tierra. Sus emociones eran como olas, arrasando con todo lo que encuentran a su paso. Poseía el poder de ser la persona más fría del planeta y a la vez la persona más cariñosa...