° Debes Irte°

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Eros estaba delante de mi, caminando de un lado a otro.
De vez en cuando pasa su mano por su pelo y su cara.

- ¿Vas a hablar o me puedo ir? -.

Eros:¿ No te importa lo que tengo que decirte? -. Se queda quito justo delante de mi.

- No es eso, pero fuiste tú quien quería hablar y no estás hablando. Además Hades y yo ya..

Eros: Lo se, de eso quiero hablar-. Se sienta a mi lado -. No quiero meterme en la relación de nadie, y mucho menos en la de mi hermano,pero tu tienes algo que.

Lo interrumpo-. No, estas confundiendo las cosas. Lo único que yo te hago sentir es seguro, sientes que a mi lado no hace falta tener esa fachada de niño malo que no le importan los sentimientos de los demás, pero es solo eso. Yo no te gusto Eros, te gusta como te hago sentir que es otro cosa -.

Eros: Quizás tengas razón, fue un error lo del beso. Me alegro que tu y mi hermano estéis bien y lo intentéis.

- Dicen que a la tercera va la vencida ¿no?-.

Eros sonríe pero cambia su cara en cosa de segundo.

Eros: Artemisa-. Suspira -. ¿Y si lo que siento no es lo que pienso? Quiero decir, quizás estoy tan confundido, quizás tengo miedo de hacerle daño a mi hermano o a ti que me engaño, ¿Y si mis sentimientos son reales?-.

- Eros, tu sabías lo que yo sentía por ti desde muy pequeños-. Lo miró de reojo-. Y ahora que ya no siento nada de eso hacia ti, no puedes decirme que quizás, solo quizás, estés enamorado de mi. Eso es muy rastrero-.

Eros: Lo se, pero-.

- No Eros, no estás enamorado de mí. Sólo quieres lo que tu hermano tiene, como cuando erais pequeños. Dejabas de lado todos tus juguetes pero cuando Hades los cogía de repente tu también los querías-. Me levanto-. Y eso es lo que está pasando ahora, quieres lo que tu hermano tiene sabiendo que tuviste la oportunidad de tenerlo, pero... Pero la perdiste.

Sin dejar que diga nada empiezo a caminar, entro en casa y lo dejo en nuestro patio.
Veo como empieza a caminar y desaparece para ir dirección a su casa.

Ares: Artemisa, papa nos quiere en su despacho-.

Sigo a mi hermano hasta el despacho de nuestro padre, donde ya nos espera junto a Marina.

Nos sentamos en un sofá justo delante de nuestro padre.

Papa: Tengo dos temas bastantes serios de los cuales tengo la necesidad de hablar con vosotros-. Los dos asentimos-. Lo primero, Marina y yo ya llevamos un buen tiempo conociéndonos, no os lo conté porque no tenía idea de dónde iba a llegar lo nuestro, ahora que se que es algo serio y real quiero que ella venga a vivir con nosotros, pero solo si os parece bien a vosotros-.

Ares me mira, serio, quizás no le agradaba mucho la idea. Pero a mi me da igual la decisión que tomen.

Ares: Por mi genial-.

Lo miro sorprendía, todas las miradas caen sobre mi, esperando mi respuesta.
Asiento y ellos sonríen.

Marina: Entiendo que yo no soy vuestra madre pero.

Caos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora