Caos.

°Todo Cambia °

37.

Tener su cuerpo contra el mio era la mejor sensación que podría sentir.
Desde que recupere la memoria todo había cambiado, Eros y yo éramos felices juntos, Hades nos odiaba y siempre precuraba estar alejado de nosostros dos, justo cuando las clases se acabaron se mudo a un apartamento para él sólo, para no ver a Eros ni a mi.

Ares y Atenea ultimanete tenían muchas discusiones, Ares me cuenta todos los días que la ve distraída y perdida en sus pensamientos, incluso ha llegado a pensar que Atenea le está engañando con alguien más, aunque le he dicho que dejara de pensar idioteces, sabía que ella no podría hacerle eso a mi Hermano.

Mi padre y Marina están con los preparativos de su boda, mientras tanto mi madre se ha vuelto a mudar, no sabemos donde ni queremos saberlo.

Eros: ¿Otra vez pensando en cómo han cambiado las cosas?

— Sip –. Me abrazo a su cuerpo.

Eros: Han pasado ya seis meses y aún no me acostumbro a que seas mi novia.

Siento como sus dedos acarician mi espalda desnudas, sonrio al sentir sus labios encima de mí frente.

— ¿No te sientes mal por cómo va tu relación con Hades?.

Eros: Él lo quizo así, yo no lo obligue a odiarme –.

— Es tu hermano, Eros –.

Eros: ¿Y?.

— No podéis odiaros de esa manera, solo.. Solo por mi.

Eros: Yo no lo odio, solo no soporto lo imbécil que es y quizás, solo quizás, tenga muchas ganas de patear su culo.

— Eso es cruel, muy cruel –. Me levanto de su lado para empezar a vestirme –. Es tu hermano, Eros.

Eros: Lo que tu digas –. Rueda sus ojos.

— Me voy.

.

Ares: Odio discutir con ella –.admite.

— ¿Lo habéis hablado? –. Niega –. ¿Como vais a solucionar las cosas si no habláis?.

Ares: ¿Telequinesis?.

— Comportate cómo el adulto que eres y ve a hablar con ella.

Ares: Una muy buena idea –. Asiente repetitivas veces –. ¿Como no se me ha ocurrido a mí?.

— Porqué soy más lista.

Ares: No cabe duda.

Mi hermano besa mi frente y sale corriendo de casa para ir a solucionar sus problemas con su novia.

Marina: Hey, aquí estas.

— Aquí estoy.

Marina: ¿Podría hacerte ahora las pruebas de vestidos de dama de honor? –. Asiento –. Genial, vamos al salón.

Sonrio, junto a mi frasco de helado sigo a la que será mi madrastra en menos de dos semanas.

Me coloco en medio de todo el salón mientras Marina va buscando los vestidos que quiere ponerme.