— ¿De verdad estarás bien? — Preguntó por 5ta vez la tía rubí — Puedo ir contigo, aún hay tiempo.— Estaré bien — Afirmé para que se tranquilizará.
Estaba bien físicamente pero por lo demás no lo estaba.Tendría que volver a sydney y eso era algo que no quería. Pero, mis padres estaban hospitalizados por un accidente automovilístico y necesitaba estar ahí. Después de dos días de preocupación tomé la decisión, no podía estar de brazos cruzados esperando noticias.
— Bien, tu vuelo está al salir. Amé pasar este tiempo contigo y espero que vuelvas pronto para hacerte ese pastel de chocolate que tanto amas — Me sonrío y la abrazo como pude.
— Claro que volveré. Planeo estar aquí antes del séptimo mes, sabes que ya con ese tiempo no podré volar — Mencioné y ella asintio.
— Te quiero pequeña — dejo un beso en mi frente.
— Y yo a ti .
[...]
Después de varias horas de vuelo y unos minutos más esperando en el aeropuerto, el auto que identifique como el de alex estacionó frente a mi. De el salió un Alex más alto y fornido, con el cabello antes negro ahora castaño con algunas luces y una mirada bastante triste que cambió algo al verme.
— Dios mío pequeña — Llegó hasta a mi, encorbandose un poco para poder abrazarme.
— Alex — Murmuro — No puedo creer que este aquí abrazandote — mis ojos picaban y mi corazón saltaba de la emoción.
[...]
Llegamos a un apartamento, muy lujoso a decir verdad. Algo raro porque mi hermano no era de estos gustos al menos que no fueran coches.
— ¿Esta es tu casa? — señalé al frente algo dudosa.
— Pues desde que te fuiste si, luego de que ocurriera lo de papá y mamá se pusieron insoportables. Ya no los aguantaba, decidí mudarme pero no logré salvarme de mamá así que ella lo eligió — Rie — Dice que no puedo vivir en un lugar cualquiera, sabes que si es por mi dormiría en una banca del parque — Dijo y reí leve.
— Mamá siendo mamá — digo con nostalgia.
Al bajamos del auto Alex tomo todas mis cosas subiendolas. Al llegar a su puerta me tendió las llaves para abrirla y no fue de mucha impresión. Si por fuera era algo extremadamente lujoso por dentro era mucho más.
Creo que vivir en la pequeña casa de la tía Rubí en Francia me hizo ver la diferencia de las cosas un poco. Extraño ese ambiente tan familiar.
— ¿Que dices? — Pregunta Alex.
— ¿Eh?
— ¿En qué mundo estás? — nos encaminamos al sofá.
— ¿Puedes contarme que ocurrió?
— Pues iban a una reunión de negocios, esa noche llovía a cántaros. Según me enteré iban discutiendo, en un descuido papá dejó de ver la carretera y al girarse nuevamente un gran camión venía hacía ellos. Papá por esquivarlo salió de la carretera y chocó contra un poste este calló sobre el auto, por suerte las bolsas de aire detuvieron cualquier peligro mayor que ese .
— Las cosas entre mamá y papá no están bien ¿verdad? — niega — ¿Porqué siento que es mi culpa? — El mueve su cabeza en negación.
— No lo es, sabes que mamá es un tanto intensa y saca de quicio a papá y la verdad su matrimonio lleva mal un largo tiempo, últimamente es más apariencia que otra cosa — Me cuenta sin verme
Suspiro
— ¿Quien maneja las empresas desde el accidente? — Se auto señala — ¿Quien lo diría? Tu dirigiendo las empresas y solo — Asintio — ¿Me aseguras que están bien?
— Están bien , no te preocupes.
— De igual manera necesito verlos, quiero confirmarlo.
— Está bien pero digo que hay que descansar primero, ya es de noche y tu vienes de un largo viaje — Me señala
— Pero necesito ir ahora Alex — Insisto.
— Y yo necesito que descanses — Toca mi frente empujandome hacía atrás y lo aparto.
— ¿Quiene esta en el hospital ahora?
— La abuela Sophia y el abuelo Frank se quedaron allá mientras iba por ti — Me tiendo en el sofá algo exhausta.
— ¿La abuela Sophia está aquí?
— Si, desde que dejamos de ir como lo hacíamos comúnmente sospecho que algo pasaba y vino hacía aquí, le reclamó a mamá de que te había hecho y del porque no estabas en casa y todo — Contó.
— ¿Y que le dijo mamá? — Indago.
— Le ha dicho cosas diferentes a varias personas hasta a uno de los socios de papá con quien empezarías a hacer la pasantía una vez estudiaras la carrera — Soltó y yo lo observé rápidamente.
— ¿Cuál? — Murmuro nerviosa.
— Ese italiano que a mamá le encantó por sus anécdotas cuando fue a comer — Dice pensativo.
— Oh — Murmuro nuevamente.
Bien, estaba al pendiente de todo menos a que de seguro tendría que verlo. El por ser tan allegado a la familia y por ser amigo de papá y socio también era seguro que si. Mi pregunta era ¿Sería tan estupido para pasar por alto el hecho de que estaba embarazada? Ok no lo creo, mas no pretendia decirle nada.
— ¿Quien más sabe que estoy aquí? —dije después de un tiempo
— Yo y ... — tocan el timbre y antes de que Alex pudiera abrir una bala de cabellera rubia se lazo hacia a mi chillando — Stace — Termino por decir Alex.
— ¡Mi perra esta en casa! — Gritó a todo pulmón emocionada mientras soltaba pequeños chillidos. Cerca de mi oído.
— ¿Stace?
— No lo creo aún, cuando este idiota me contó que luego de dos meses mi mejor amiga volvería quede loca — Contó separándose de mi.
— Más respeto que soy mayor que tu — Mencionó Alex
— Calla idiota — Le coloco la mano en la cara y yo reí leve — Ahora cuenta mujer ¿Como esta Stace Junior? Porque así se llamará ¿Verdad? ¡Obvio si! — grita esto ultimo.
Reí
— ¿Puedes respirar un poco? — Pregunto.
— Tengo demasiado sin ver a mi mejor amiga y hermana, no puedo parar, tengo mucho que contarte — Me señalo.
— Por si se te olvida es MI hermana no tuya — Alex hizo énfasis en la palabra .
— ¡Oh habla con la mano dije! — Volvió hacer ese gesto Reí sonoramente.
Extrañaba estar en casa
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