Layla
El sonido de las losas chocando entre sí llamaron mi atención al despertar. Estaba alistandome para bajar a desayunar ya que la tía Rubí había venido anteriormente a despertarme.
Bajo las escaleras descalza saltando algunos escalones hasta llegar a la cocina, un olor a panqueques y durazno llego hasta mi haciendo que mi boca se hiciera agua.
— Buenos días tía — Saludé a Rubí quien se encontraba colocando una montaña de panqueques en mi plato mientras tomaba asiento en las bancas del desayunador.
— Buenos días pequeña flor — Me regalo una de esas sonrisas llenas de alegría, solo como ella sabía darlas — ¿Sabes? Me alegra esto de hacer desayuno para dos en vez de la señorita Petunia y para mi — Señaló a su gata quien se encontraba en una esquina tomando de su agua.
— Por lo que veo comerás mucho panqué — ella río y negó pasando esta vez un boul de frutas.
— Es tu plato, acuérdate que ya no eres tu sola. Debes de pensar por dos, quiero que ese bebé nazca sano y fuerte — Me señaló — Más tarde te haré un pastel de chocolate, o mejor un pie.
— Tía ¿Sabes cuántas calorías tiene el pastel chocolate? Yo nunca como chocolate — Tomé mi fruta y apartando levemente la inminente montaña de panque.
— Oh no. Tus regímenes de comida déjalas en Miami, aquí nos quiero nada de eso — Asentí obediente
[...]
— Y ¿Cómo vas Stace? — pregunté a mi amiga con la cual hablaba por Skype.
— Mucha tarea, la universidad es peor que el instituto
— Como quisiera estar preocupada por eso ahora — Hizo una mueca.
— Lo siento.
— No te preocupes — Sonrío
— Ah, Por cierto ..
— ¿Qué?
— Había un hombre buscándote...
Dejé el pastel de lado y presté atención a lo que decía.
— ¿Uh, Cu-uando?
— Era justo a la hora de entrada. Un hombre bastante guapo por cierto, media universidad mojó sus bragas. Venía en traje parecía ir al trabajo o algo parecido, me pregunto por ti, supongo nos ha visto juntas. Noté que llegó justo en ese auto que te pasaba a recoger aveces — La insito a proseguir — Dijo que necesitaba verte urgente porque tenía que entregarte algo — Ella mira su teléfono y luego a mi — Algo totalmente extraño según yo.
Nunca en mi vida hubiese imaginado que el me buscaría esto era muy extraño a decir verdad no sabía que sentir al respecto.
— ¿Que le dijiste? — Pregunté rápidamente.
— Solo que te fuiste de viaje y no se cuando regresarías. Se le veía muy preocupado — Asiente convencida.
Inconscientemente llevo una mano que mi panza haciendo una mueca de confuncion en el acto.
— Stace, tengo que dejarte. La tía Rubí me llama abajo, bye — cerré la llamada antes de que dijera algo.
Mi mirada se quedó vagueando y perdida en la ventana de mi recámara pensando en que pretendía hacer al respecto. Si tenía a mi bebé que por cierto era lo que iba a hacer sin duda alguna ¿cómo lo haría? En algún momento el o ella me preguntará dónde está su padre y yo no sabré que responderle. Pero el muy bien dijo que no quería relación alguna conmigo entonces ¿para que me buscaba?
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