Layla
— ¿Lista? — Tomó mi mano en la que llevaba el anillo el cual confirmaba lo que habíamos hecho hace unas horas.
Al final ahora somos marido y mujer y hoy se lo haríamos saber a todo el mundo mediante los medios, familiares, amigos y demás.
¿Nerviosa? Bastante.
— Estoy Lista — Dio un leve apretón a mi mano mientras nos encaminamos a la puerta del gran salón donde sería la pequeña fiesta/ anuncio.
Al llegar dentro la mayoría de miradas por no decir todas se posaron en notros dejándonos como el centro de atención. Gian carraspeo y sonrió para luego los presentes dar un leve aplauso.
Algunas personas se acercaron a el dejándome a mi de lado y dándome tiempo a escapar. Stace llego hasta mi con una copa de vino en su mano.
— ¿Que tal la vida de casada? — Preguntó sonriente.
— Stace solo llevamos tres horas — Río leve y ella me mira burlona.
— Lo se amiga pero no es con cualquiera que te casaste, se veían muy serios y sin pasión. Muy no de novelas — Últimamente estaba obsesionada con las telenovelas latinas.
— ¿Que querías que también saltara a darle abrazos y besos y lo llamara Ramón Alejandro Arturo Gonzalo? Eso hay que hacerlo donde hayan muchas personas y estemos expuestos — Rie.
— ¿Como aquí? — Señala no tan disimulada.
— Si, como aquí — Miré alrededor mientras observaba como papá se acercaba.
— ¿Nos dejas solos? — Papá se dirigió a Stace y esta solo asintió perdiéndose dentro de las personas — Actuaron muy bien — Tomo una copa y se acerco quedando al lado mío.
— No teníamos de otra ¿no es así? — Le miré de reojo.
— Esto no te disgusta Layla no soy estupido, soy tu padre. Ese hombre hizo lo que nunca, es uno de los magnates más inteligentes con su edad ¿porque crees que es el cabecilla de proyecto? — Confieza — Me dijo cosas sobre ti que nunca había escuchado lo que me hizo entender que esta hasta el suelo por tí.
— ¿Que quieres dejar dicho con esto? — Enarque una ceja.
— Que si el era el causante de todas las sonrisas de niña boba que traía siempre, lo mejor es que vuelvan a intentarlo. Mas por mi nieto que por ustedes — Aclara —Créeme, no me agrada la idea que mi nieto nazca en un ambiente separado.
Los padres de mi papá, osea mis abuelos se separaron cuando papá tenía tan solo dos años, siempre nos ha contado a mi y a Alex lo duro que fue para el estar con sus padres distanciados y el en medio de toda la tormenta.
— Se lo testaruda que eres. Le has puesto mil y un pretextos sin lógica al pobre. No te limites ser feliz y de mi parte tienes mi consentimiento.
— ¿Porque tomaste la decisión justo hoy?
— Porque después de la charla que el y yo tuvimos me puse a pensar y analizar la situación. Simplemente quiero que si hay algún futuro a su lado lo pases feliz. Y si te hace daño conocerá a papá oso — Reimos los dos.
— Te quiero papá — Lo abrazo.
— Y yo mocosa.
— Es injusto que haya un abrazo familiar y el más sexy de la familia no esté — Llega Alex hacía nosotros y yo río.
Después de eso Gian con una copa de vino en sus manos y a mi me trae una con lo que parece ser jugo y un popote. Le agradezco con la mirada.
— Por cierto ya que están aquí debía contarles .. Layla, se que ya te instalaste en tu penthouse pero creo que ya ustedes casados deberían vivir juntos — Lo volteó a ver con notable impresión.
— Oh no, me empieza a gustar estar allí papá y ahora quieres que me cambie. Estoy a gusto — Lo encaro con algo de enojo.
— ¿Sería bonito que las personas se dieran cuenta de que dos personas casadas viven separadas? — Se cruza de brazos.
Yo intento alegar pero simplemente no se que decirle.
— ¿Porque no se viene el? — Señalo a Gian.
— Porque no, si quieres desocupalo. Seguirá siendo tuyo de todas formas y lo puedes hasta rentar, obvio cuando los papeles pasen a tu nombre en unos meses — Aclara. Miro a Gian y luego a papá, suspiro y asiento — Ahora disfruten del resto de la fiesta — Papá se retira y yo me siento en un lugar en la barra.
— Yo iré a molestar a Stace — Menciona Alex — Adiós señor y señora D'luca — Hace énfasis en "Señora" y sale riendo mientras yo lo observo con los ojos entrecerrados.
— Tu papá menciono que esta noche ya parte de tus cosas estarán en mi casa — Alardeo sonriente.
— Esto es extraño.
— Ya todo se sabe al menos — Sonríe dejándome algo embobada.
— Si pero y a que costo —
Rie leve y luego un silencio nos envolvió solo quedando con el suave sonido de la música de fondo.— ¿Que es? — Pregunta luego de un breve tiempo cuestionandoselo en su cabeza.
— Niño.
Sonríe
— Niño — Saborea la palabra en sus labios — ¿Tienes ecografías? — asiento — ¿Las podría ver? — Vuelvo a asentir.
— Claro.
— Entonces todo esto si esta sucediendo.
— Lo que empezó como un romance a escondidas terminó uniéndonos — Ladeo mi rostro.
— Esta vez si trataré de hacer lo mejor por ti y por mi — Luego miro mi panza y tomo mi mano — y por nosotros.
[...]