Reí al ver a Gian salir con mi gorro de playa puesto, el se acerca a mi con varias cosas para comer, además de su cámara. Venía vestido con una bermuda de playa y el torso completamente desnudo. Negué para mi misma apartando la mirada de sus bíceps.
— ¿Acaso no me queda fabuloso esto? — dice con voz levemente chillona y yo solté una sonora carcajada.
— No te queda — Dije entre risas.
El me observa sonriente y con notable emoción en su mirar. Se arrodilla en la manta donde estaba sentada quedando frente a mi.
— Ti ho già detto che mi piace quando ridi — Preguntó sin despegar su mirada de la mía y niego. Bien, Me acabo de sonrojar.
[¿Ya te había dicho que me gusta cuando sonríes?]
— Me gusta y bastante — Alejó mi cara de la suya y sonrío.
— Basta — Murmuró colocando mis manos en mis mejillas.
— Logré mi cometido — Murmura sonriente refiriéndose a mi gran y notable sonrojo.
— Dame de lo que traes ahí — Cambié de tema.
— Una vez me dijiste que te gustaba esto, con fresas — Pensó mientras se sentaba en modo indio frente a mi.
Tomo la cámara y empezó a encenderla y colocarle unas cosas que tenía en una pequeña bolsa. Yo por mientras tomaba la nutella empezando a comer gustosamente hasta que sentí el primer flash en mi rostro.
— Borrarla
El rie negando.
— Te ves súper tierna con el chocolate en tus mejillas — Sube su gran brazo mientras que con uno de sus dedos limpiaba una de mis mejillas para luego llevárselas a la boca.
No sé si es por el calor pero eso se vio bastante sexy. Me quedé perdida en sus ojos grises casi transparentes de lo claros que se encontraban .
— Quiero otra foto pero esta vez quiero que poses — Se levanto y me paso el gorro colocándolo en mi cabeza.
Me acomode como pude después de limpiar mis mejillas, tomando los lentes para luego escuchar el primer sonido de la cámara.
— Ve esto — Llega hasta mi y me muestra la foto — No puedes negar lo que eres — río levemente — Esta semana renovare mi álbum.
Gian mientras estuvimos viéndonos de incognito le gustaba llevarme a un páramo que tenía un lago para hacer días de campo. Era muy hermoso y el decía que yo contrastaba muy bien con el paisaje; Mientras yo aprovechaba y practicaba mis poses. Luego supe que todas las fotos estaban en un álbum que nunca me quiso mostrar.
— Quisiera ir al mar — Digo fijando mi vista en este y el me observó.
— ¿Porque no lo haces? — Señaló el mar indicandome que fuera hacia allí .
— Tengo Miedo al mar. No sabes lo que te puedes encontrar allí, por eso nunca quise aprender a nadar — Confesé tomando más de aquel dulce.
— ¿Enserio? — Me miró sorprendido.
Asiento
— Eso se acabará hoy, vamos — Me tendió la mano haciendo que me levantara .
— Gian solo la orilla — Indico y el no me mira — Hablo enserio, solo la orilla.
— No te preocupes, no voy a lanzarte — Me cargó en forma nupcial y al entrar al mar no vi que se detuviera en ningún lugar — Escucha, si no prácticas no aprendes. No te soltaré en ningún lugar, tu solo aférrate a mi cintura ¿Bien?
Niego
— No es buena idea, mejor regresemos — Pido negando .
— Te has lanzado se paracaídas, has hecho salto en boogie y te has hecho fotos con serpientes venenosas aún cuando les tienes pavor ¿y te da miedo el mar? El agua como mucho llegara a tu busto — suspiro y asiento.
Me fue bajando mientras yo iba soltandome del agarre hasta que sentí el agua fría tocar mis pies. Solte un bajo chillido cuando seguía bajando y no tocaba algo firme. Hasta que por fin llegué a algo suave. Me sostuve de la cintura de Gian quien reía por mi fuerte agarre.
— Si ves — dijo cerca de mi rostro, muy cerca — No te has ahogado — rie — Tus ojos ... — Dice sin mover su intensa mirada de los míos.
El estaba algo encorvado puesto que el tamaño era algo corto entre nosotros.
— ¿Q-que ocurre con ellos? — trato de decir pero mis palabras fueron interrumpidas.
Como si de una novela se tratase junto sus labios con los míos y todo mi sistema se estremeció
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