— ¿Puedes venir por mi? — Pedí stace por teléfono.Luego de lo descompuesta que Gian me había dejado con nuestra platica era un manojo de nervios, estaba mal y eso era algo visible. La doctora me hubiese dicho que el bebé podía sentir lo que yo y por lo tanto trataba de tranquilizarme.
Estaba en el auto de Stace en estos momentos. Nos dirigíamos a un restaurante tipo Starbucks que solíamos ir cuando estábamos en el instituto, ella no había dicho nada y era algo que agradecía puesto que en este momento no podía mover ni mis manos.
Al entrar al lugar tomamos asientos en el balcón del sitio, pedimos unos jugos y sándwiches para acompañar.
— ¿Entonces bebé? — Stace tomó mis manos por encima de la mesa — Dios que fría estás, cuéntame ¿que te ocurre?
No sé si sería conveniente decirle algo a ella, no porque diría algo si no simplemente porque sabía como se pondría cada vez que lo viera, la conozco y hasta ahora es un secreto que nadie sabe. Pero ella es mi amiga y creo que debe de saberlo.
— Te contaré todo pero prometeme no enojarte conmigo por no haberte dicho antes — Mencioné, ella lo penso un rato y luego asintio — Bien, todo empezó el día de mi cumpleaños — Y así bajo la atenta mirada de mi mejor amiga, me desahogue contándole cada detalle que había detrás de esta trama fue algo difícil ya que su mirada acusadora no dejaba de verme, pero al final le conté todo — Y eso fue todo lo que me dijo — Dije finalmente.
Stace no me decía nada, solo movía la pequeña pajilla de su jugo desvió la mirada un rato y luego me observo.
— No puedo creer que hayas esperado tanto para contarme esto — se notaba que estaba enojada.
— Me dijiste que no te ibas a enojar — Volví a tomar sus manos.
— Soy tu amiga ó más que eso — Se corrige — se supone que debes de confiar en mi en todo, pasaste por esto sola cuando facilmente pudiste decirme y podríamos haber hecho todo esto juntas como siempre salíamos de nuestros líos — Mencionó despacio
— Lo se, y discúlpame por eso, pero estaba muy mal por mi embarazo y la verdad ..
— Tuviste todo estos meses para decírmelo, es más, antes de irte debiste al menos contarme — Se escoje de hombros — Pero, está bien, haré como si nada paso — Asintio para si misma.
— ¿Estás enojada?
— Muy enojada — enfatizó
— ¿Me perdonas?
— Si no te perdonaría cada vez que hicieras algo no serías mi amiga estupida que comete muchas estupideces — Rió levemente
— Te amo
— Y yo a ti boba. Por cierto, no puedo creer que mi amiga se haya bajado al tipo más sexy que he conocido — Suelta y río por ello porque sabia que no dejaría que pasara por alto.
— No quiero hablar de el ahora — Ella hizo una mueca y asintio.
— ¿Quieres acompañarme al Mall? — Asentí, pagamos la cuenta y salimos del lugar.
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