Mi mente estaba perdida entre estas tres paredes. La sala de emergencias nunca se había vuelto tan tediosa e incomoda para mi nunca había odiado los hospitales hasta hoy.
La incomodidad de no saber lo que pasaba me carcomia cada vez que ese reloj frente a mi marcaba una hora más. Siete horas, siete horas y no sabía nada, nadie me decía nada y realmente mis esperanzas estaban hechas trizas justo ahora.
Stace, Alex y el padre de Layla estaban conmigo. Al llegar todos me abordaron con preguntas pero no supe responder ninguna. Ya daban casi las ocho de la mañana según el reloj y nadie salía por esas puertas.
— ¿Gian? — Stace me llama y me giro a verla. Esta llevaba conmigo desde esta madrugada cuando llegó desesperada por una respuesta de lo que había ocurrido. Su maquillaje estaba algo corrido y sus ojos estaban bastante hinchados y rojos — ¿No crees que debería tomar algo? — Preguntó y aún con la vista fija en ella negué girando mi vista al mismo reloj — Vamos, necesitas fuerzas — Insiste.
— Déjalo, necesita pensar — Escucho a Alex hablar detrás de ella y siento como despacio se giran y vuelven a su asiento.
— Familiares de Layla Williams — Llama la doctora que hasta ahora nos ha atendido los meses en que hemos venido a ver a theo.
Mi corazón comienza a palpitar rápidamente al mismo tiempo que me levanto hacia ella.
— ¿Cómo está? dígame que está bien y mi bebé igual — Digo entrecortado.
Ella me mira con algo de tristeza.
— Layla a sufrido una fuerte caída y en su descenso por las escaleras tuvo un gran golpe afectando la parte izquierda del cerebro — nos informa y Stace me observa con los ojos encharcados en lagrimas.
— ¿Esto que significa? — Pregunta su Padre.
— Significa que la paciente ha tenido un daño temporal causándoles una amnesia parcial retrogada — Sentí como si todos los martillos y clavos del mundo se enteraran en mi cuerpo justo en ese instante — Esto quiere decir que todos los acontecimientos ocurridos antes de su golpe se han borrado de su memoria y no sabemos con certeza cuando pueda volver a recuperarlos. Tendremos que hacerle una serie de preguntas para poder estar informados de que puede y no reconocer o más bien recordar, para esto es necesario que nos proporcionen una información exacta.
— Esto no debe estar pasando — Alex niega.
— Lamentablemente así es señor Williams.
— ¿Y mi hijo? — Pregunto nervioso.
— A eso iba. Producto de la caída tuvimos que hacer una cesárea de emergencia para poder salvar la vida del bebé. Esto déjenme decir fue algo más de milagro que de nosotros los médicos, un tiempo más y casi puedo decir que fue imposible pero gracias a Dios logramos traer al bebé con vida al mundo solo que al nacer semanas antes esta en la incubadora hasta completar su tiempo y sus órganos puedan terminar de desarrollarse — Informa y no sabía si estar feliz o triste por la noticia.
— ¿Puedo verle? — Pregunto.
— Claro que si, pero por el momento solo usted, el esta algo delicado — dice dándonos un intento de sonrisa .
[...]
Coloqué el traje blanco de un material extraño sobre mi cuerpo para luego ponerme un cubrebocas y unos guantes. Al caminar detrás de la enfermera ingresamos a un cuarto de hospital donde habían cinco incubadoras con diferentes bebes en ellas.
Estaba bastante nervioso puesto que cuando imaginé verlo no lo imaginé así.
— ¿Williams? — Lee en una especie de pantalla y asiento — Este es — Afirma — No puede despegar ningún aparato ni moverlo — Indica y asiento nuevamente.
Al acercarme a la incubadora puedo observar perfectamente un pequeño niño envuelto en unas mantas dejando libre su pequeño pecho y sin dudarlo mi vista se nubla al verlo moverse.
Todo su cuerpo estaba envuelto en cables conectados a una máquina que dejaba escuchar un pequeño pitido. Me acerco un poco más hasta llegar al lugar donde se entran las manos y de ahí uno de mis dedos los llevo a su pequeña cabecita.
— Hola campeón — Susurro — Soy papá — digo con voz temblorosa.
× ×