Un intenso toqueteo en mi puerta hacen que me remueva entre mis sábanas. Decido abrir los ojos al notar que este no para, los cierro repentinamente por la luz cegadora de mi ventanal.
Me levanto por fin, resignada.
Antes de llegar la sombra en el gigantesco espejo capta mi atención. Mi cabello desaliñado todo el pelo fuera de la coleta, la pijama suelta y mis ojos chinos. Un desastre. A paso firme camino hacía la puerta abriendola encontrándome con un perfecto Gian, cambiado en saco y peinado.
— Buenos días — Me observa de pies a cabeza con una bonita sonrisa. Enarco una ceja a su dirección y lo observo interrogante.
— ¿Cómo es que tu ..? — El capta mi pregunta y las responde rápidamente.
— Llamé a mi secretaria he hizo que el chófer trajera todo esta mañana. Espero no te importe prepare el desayuno
Coloqué mis pantuflas de pony y Caminé hacía la cocina donde en la mesilla habían diferentes variedades de desayuno. Se me había olvidado mencionar, Gian era experto en la cocina.
— Gracias, igual no debiste. Seguro te he quitado tiempo — Me senté en uno de los asientos del comedor.
— No es molestia lo sabes, lo hago con todo el gusto — lo observé durante un rato esperando a que se sentara.
— ¿No tomarás asiento?
— No. Debo estar en exactamente veinte minutos en la empresa, por cierto tu amiga llamo a tu teléfono. No tomé la llamada pero vi el mensaje al ver que no dejaba de vibrar. Al parecer viene en camino por eso hay comida de más —Asentí — Perdón por eso — Se refirió a mi teléfono — Gracias por dejar que me quede contigo y .. por todo lo demás. Espero nos veamos pronto.
Esto lo dice en un tono menos audible y el nudo en mi garganta es algo palpable, deja un beso dudoso en mi frente para luego alejarse y tomar un bolso de entrenar del sillón. Gira una vez más y luego sale del departamento.
[...]
— En resumen eso fue todo lo que pasó desde que me fui — termino por contarle a Stace.
— Esto es mejor que la telenovela latina que veo — Murmuró caminando hacía mi clóset.
— De verdad quiero decirle. Creo que ya lo sospecha.
— Amiga, debes de contarle y más antes de que se entere por si solo
— Lo llamaré — Suelto y ella sale de mi clóset con uno de mis vestidos.
— ¿Segura cariño?
—Le diré que quiero hablar con el. No importa como se lo tome, si lo toma mal al menos ya sabré lo que piensa y si lo toma bien tendré que tomar más valor y decirle a papá ¿Porque todo tiene que ser complicado? O ¿soy yo quien lo hace complicado? — Gruñí
— Eres tu, sin duda — Admite
Se queda pensativa y sonríe La observo algo intrigada.
— ¿Que? — La miro y ella se acerca a mi sonrojada.
— Tu hermano me besó. Y lo peor de todo es que me gustó — Abrí mis ojos exageradamente al igual que mi boca.
— Stace y Alex. Las dos personas que no logran estar dos segundos sin discutir ¿se besaron? ¿Cuándo, Cómo?
— Pues en la fiesta ¿Si viste que estaba borracho? — Asentía intrigada — Lo llevé a su casa y comenzó a hablar muchas cosas y pues no sé, solo pasó — Me miró sonrojada nuevamente — No se si se acuerda pero espero que no. Sería muy vergonzosa y extraña la situación.
— Mira quien lo dice — Enarco una ceja.
— Ayudame — finge sollozar.
— ¿A que exactamente?
— No se a despistarlo. Si te cuenta dile que quizá fue un sueño o algo así — Asiente para ella misma.
— ¿Por qué es importante si lo sabe o no? Al final, el estaba borracho tu tonta y solo pasó, no hubo sentimiento de por medio eso quiero pensar — Me mira dudosa.
— Solo no quiero que la amistad que llevábamos se torne extraña por un insignificante beso con 90% alcohol.
— Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas
Reimos a la par.
— No estamos en Las Vegas.
— Stace olvídalo ya. Mejor auxiliame, me duelen los pies y no me los alcanzo.
Me mira mal y le sonrío
× × ×