Días después
Le había pedido a Gian si podría quedarme con Stace esa noche, su respuesta fue positiva; esa noche se volvió una semana. Stace estaba bastante mal y no solo sentimentalmente si no tambien de salud.
Estaba decaída, vomitaba y se mareaba todo el tiempo. Tenía sospechas y dudas sobre algo, cosa que confirmaría luego de ir a casa. Y esperaba grandemente que no fuera así puesto que luego si ocurriera la relación entre Stace y Alex sería bastante complicada.
Hoy iba a casa después de no dormir allá por cuatro días, solo ir a buscar ropa y así en constante monotonía.
— ¿Hola? — Pregunté al entrar.
Había visto el auto de Gian fuera aparte de eso dos camiones con el logo de una compañía de muebles — ¡Gian! — Grité.En unos minutos después bajó las escaleras sonriente. Tenía un polo negro y un pantalón de dormir embarrado de pintura azul y amarilla.
— Amor — dejó un beso en mi frente — ¿Cómo estás? — Se veía algo nervioso.
Algo no tan usual en el.
— ¿Porque estás así? — señalo su ropa y el ríe algo nervioso.
Dos hombres bajan y se despiden de Gian lo que supongo que son los dueños del gran camión.
— Te tengo una sorpresa pero, debes dejar que me cambie de ropa ¿Vale? — Asiento — No subas las escaleras quédate aquí abajo, me daré cuenta si subes Williams — Me señala y río al el mencionar mi apellido .
[...]
Un gian listo y cambiado baja las escaleras más sonriente aún. Yo por mientras comía unas uvas en el sofá.
— Ven — Me dice saca un pañuelo de atrás de el y me lo empieza a colocar en los ojos.
—¿Y esto como porque es? — Pongo mis manos encima del pañuelo.
— Es sorpresa.
Comenzamos a subir lo que creo son las escaleras. Escalón a escalón, me estaba impacientando y el lo notaba puesto que se reía
— Ya por favor déjame ver — Pedí.
— No mujer, quédate quieta — Me pide al removerme en sus brazos .
Caminamos por el gran y largo pasillo, Abre un puerta y me deja parada en lo que creo es el umbral .
— Cuando te diga que te quites el pañuelo lo haces, solo hasta que te diga — Indica.
La ansiedad no me permitió esperar a que me dijera así que lo hago rápidamente antes de el decirme. Mis ojos se llenan de lágrimas rápidamente y siento el corazón aplastarse de amor, no puedo creerlo.
— ¿Tan difícil era esperar? — Sonríe — ¿No dirás nada? — Niego — ¿Está mal? La podemos cambiar si no te gusta, estaba pensando en otra recamara más grande aunque estaría lejos de nosotros, el color no me gustaba tanto si quieres cambiarlo puedes hacerlo y si quie....
— Está perfecta — digo entrecortada.
— ¿Enserio? — Se acerca y me abraza.
— Más perfecta no podría estar — Confirmo.
— Me alegra que te guste.
— ¿En que tiempo hiciste esto si me visitabas y trabajabas?
— Trabajaba y dormía menos menos. He de decir que esta cuna me ha hecho la vida imposible pero pude con ella — Sonríe victorioso.
Me quedo mirándole fijamente a los ojos mientras una burbuja nos envuelve a los dos y de pronto no siento nada más al rededor de nosotros y lo beso.
Junto sus labios con los míos en un suave y pasional beso. Entierro mis dedos en su pelo y sonrio en medio del beso.
— Te quiero.
× × ×