— Dios mío — Menciona Stece ahogándose en helado — Pero ¿Por qué no estas feliz? — Me tiende la cuchara y la tomo mientras doy largo suspiro.— Realmente no lo sé, paso lo que temía que pasara pero de cierta manera no fue tan malo — Tomo la nutella mezclándola al helado.
— ¿Pero?
— No se si será igual que al principio, solo siento miedo eso es todo — Niego para mi misma y tomo del helado.
— ¿Sabes todo lo que ese hombre ha hecho por ti? Literalmente, no le importo que todo se fuera a la mierda. Por lo que acabas de contarme no le importó hablar con el y se hará cargo del bebé, tanto así que aceptó casarse — La miré expectante — No se pero yo que tu le doy ese y mil bebés más — Asiente.
— Sabes lo insegura que soy, y lo desconfiada — Hago una mueca — Espero acomodar todo este lío en mi cabeza — Suspiro.
— ¿Ya tienes que ponerte? — Pregunta después de un momento.
Niego.
— Ni la más remota idea, es algo por lo civil no es como si fuese hacerlo por la iglesia — Aclaro.
— Realmente quiero matarte ¡es mañana! — Entrecierra sus ojos.
— Me colocare cualquier cosa, no te preocupes tanto, solo es firmar y listo.
— ¿Se te olvida que luego habrá un almuerzo? — Pregunta obvia.
— ¡Demonios!
— En la mañana enviaré a mi equipo y un vestido. Espero que a las ocho estés despierta — La miro negando.
— Stace ...
— Cállate — Me interrumpe — Tengo que irme, tengo una cita.
— Tendrás que contarme — Le digo cuando veo que se acomoda para irse
— Te llamaré.
[...]
A la mañana siguiente
10:00 A.M
Respiro antes de bajar del geep. Desde aquí puedo ver a Alex y Gian en la puerta junto a dos hombres más, vestidos formalmente.
Stace esta junto a mi y estamos casi listas a bajar. Al hacerlo mis piernas tiemblan levemente en señal de lo nerviosa que estaba. Antes de venir aquí todo estaba relativamente en orden pero luego muchos cuestionamientos llegaron a mi cabeza y todo se revolvió, terminé más confundida pero, al final entendí que yo misma era quien hacia todo más complicado.
— Zanahoria — Me refiero a Alex quien me observaba algo sorprendido.
— No es por exagerar pero, estas hermosa. No puedes negar que eres mi hermana — ríe.
— En cambio a ti parece que los simios te vomitaron. No te compares — Alex le da una mala mirada a Stace y ella trata de ocultar su sonrisa.
Giré mi rostro hacía Gian quien mantenía sus manos en sus bolsillos delanteros mirandome expectante, solo hizo una seña y entendí que debía seguirlo cuando empezó a caminar hacia un lugar apartado. Al llegar allá el se recostó de un pequeño muro quedando frente a mi.
— Estas hermosa — Mencionó — No está de más decirlo — Sonrío mientras sus ojos brillaban tenuemente.
— No podría decir lo mismo — Hago una mueca de desagrado fingida y el río mientras negaba.
— Tu no cambias — Calló unos segundos — ¿No crees que tenemos muchas cosas de las cuales hablar luego? — Me miro expectante.
— Te prometo que hablaremos cuando esto acabe al fin. Creo que debemos de ponernos de acuerdo en algunas cosas — Hicimos un contacto visual increíble. Sus ojos que hoy estaban de un color más oscuro de lo normal.
— Bien — Intenté girarme e irme pero tomo mi mano. Y ahí estaba esa eléctrica sensación — No he terminado.
Después de pensarlo varias veces, decidí que al menos merecías algo normal dentro de todo estoSacó una cajita aterciopelada azul rey. De ella sacó un bonito anillo bañado en oro blanco con una piedra incrustada delicadamente en el centro y luego decorada con pequeñas piedras alrededor. Tomó mi mano y saco el anillo de su lugar para luego colocarlo en mi dedo pero, antes de, me fijo en las pequeñas letras que lo adornaban.
— No debiste hacerlo — Murmuré aún con mi vista fija en el pequeño diamante — No, enserio no debiste — me lo saque del lugar
— ¿Aun no has entendido que lo único que quiero es estar al lado tuyo? Layla, a mi no me importa la diferencia de edad, la familia o los contratos. Solo quiero que tengamos algo normal dentro de todo esto — Mencionó volviendo a colocar el anillo sosteniendo mi mano y apegandome algo más a el.
— Tengo miedo — Confesé luego de un tiempo.
El me observo sin expresión en su rostro y luego suavizó su mirada para luego sonreírme cariñosamente .
— Todo estará bien, lo prometo.
× × ×