— ¡Venga Eris, vas a llegar tarde a tu primer viaje en tren a Hogwarts! — Gritó Selene saltando sobre mí en la cama con demasiada energía.
Me levanté de golpe, desorientada aún por el incesante terremoto que había montado mi hermana en mi cama al saltar sobre ella. Parecía más emocionada que yo porque una de las dos fuera al fin a Hogwarts, aunque no había sido capaz de dormir por los nervios hasta muy entrada ya la mañana, habiendo dormido unas pocas horas con suerte y habiendo sido despertada justo en el momento en el que al fin me había quedado plácidamente dormida.
La miré fijamente, cosa en lo que no pareció darse cuenta ya que se reía mientras saltaba sobre mi cama con todas sus energías, cosa que me hizo reír, y aún más cuando se cayó de la cama.
— Sabes que soy muuuuuuuy rápida, sobre todo si algo me interesa como es en este caso ir a Hogwarts, ya verás como término en Gryffindor como papá y mamá — dije levantándome de la cama de un salto y ayudándola a levantarse del suelo donde seguía despatarrada.
— Ya veremos quién es más rápida — Gritó señalándome acusadoramente con un dedo para acto seguido salir corriendo de mi habitación, supuse que habría ido a la suya, dispuesta a vestirse lo más rápido posible.
Me reí mientras salía disparada hacia el baño de mi habitación, donde había dejado la noche anterior la ropa que iba a ponerme ese día para ir a Hogwarts.
Mientras me duchaba empecé a sentir de nuevo un nudo en el estómago. Estaba emocionada por asistir al famoso colegio y sobre todo estaba nerviosa porque conocería gente nueva, haría amigos, o eso esperaba, que me durarían para toda la vida, o esa era mi intención.
Salí de la ducha a toda pastilla, secándome de camino a la silla donde había dejado la ropa, que me puse corriendo para salir de la habitación bajando de dos en dos las escaleras.
Cuando llegué abajo Selene ya estaba sentada en la mesa de la cocina con el cabello alborotado y la camiseta del revés mientras se hacía la despistada mordiendo una tostada.
— Has tardado 94 años en bajar — Me acusó mientras desayunaba.
— Al menos me he vestido bien y no voy como si viniera de la jungla con la ropa del revés — respondí divertida mientras me sentaba a su lado.
Mamá nos miró desde el otro lado de la cocina, desde donde había estado mirando el panorama apoyada en la encimera, y se empezó a reír con tanta intensidad que se le terminó saliendo el café por la nariz, haciendo que se inclinara sobre el fregadero de la cocina.
A Selene no pareció hacerle gracia porque se levantó de golpe y, sacando los brazos de las mangas, empezó a darle vueltas a la camiseta hasta que se la puso bien.
Se volvió a sentar, mirándome con recelo, mientras se pasaba los dedos por el pelo como si así solucionara el denso matorral que tenía por cabello.
— Vamos chicas, desayunad rápido porque si no vamos a perder el tren, bueno, vas a perder el tren — Dijo mirándome sonriente para darme un abrazo de oso — ¿Tienes ganas de ir?
— Muchas, quiero hacer amigos tan buenos como los que hiciste tú o como los que hizo papá — respondí con emoción terminando mi plato en un tiempo récord.
— Pues en marcha, cuanto antes salgamos antes comenzará tu aventura — Dijo mamá con energía.
Selene se parecía mucho a ella en su forma de ser, aunque físicamente era idéntica a papá todo lo demás lo había sacado de ella, estaba segura de que si en algún momento ambas no estaban de acuerdo en algo explotaría la zona en un radio de 100 kilómetros solo con la intensidad de las miradas que eran capaces de lanzar.
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Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]
FanfictionEris era aun pequeña cuando su padre fue encarcelado en Azkaban, y aunque su madre nunca había dejado de intentar demostrar su inocencia no tenía más pruebas que su palabra contra la de todos los demás. Lo único que a Eris le había quedado de su pad...