Llevo casi el día completo en la choza, con Atzin hablamos del sentido de la vida y lo que tenemos que hacer y cómo debo vivir según los espíritus después de dejarla partir, me pregunta por Elizabeth porque según lo que ve en mis ojos hay menos dolor. Ella me creyó cuando le conté la historia de cómo nos conocimos por primera vez, omití de como la habían quitado de mi lado para no provocar dolor solo una vaga idea fue suficiente, ella lo quería saber todo.
Me hizo prometer que regresaría a mi casa al lado de la mujer que me podía dar consuelo, ¿pero cómo se cura un corazón roto en dos meses? ¿Cómo lleno el vacío que dejará de nuevo? ¿Cómo vivo de nuevo después de verla? Ella dice que cada vez que pase nuestro encuentro será más fácil sobrellevarlo, que todo será hasta que estemos listos para estar juntos.
Anam llega a mi lado con una bandeja con comida, ella solo observa la escena que tenemos con Atzin y se sorprende a tal punto que parece huir de la choza, solo se detiene cuando la llama con esa suave voz.
—Mim no te asustes —dice descansando— solo estoy aprovechando de apaciguar mi alma.
—Mam —no nos mira— la verdad es que no puedo mirarlos —se tapa la cara— nunca te he visto así con nadie.
—Mim, solo está acariciando mi cabello —sonríe tranquilamente, sus apodos me llaman la atención.
—Mam —llama avergonzada, es una escena particular entre el nerviosismo de la más joven y la paz de la más anciana— jamás te habían tocado antes.
—Mim, cuando tu encuentres la vibra en tu interior, querrás ser tocada —me mira— nos puedes dejar solas —y más que una pregunta fue una orden.
Me levanto suavemente de su lado, dejo de abrazarla y de acariciar su cabeza, puede que la escena sea bastante confusa, pero si supieran que de verdad podría hacer muchas cosas más ellos tratarían de matarme. En ningún caso pensare en hacerle daño al anciano cuerpo de Atzin, pero solo pensar que tiene el alma de Amelia me vuelve loco.
Me alejo para pensar con calma, ya noche se acerca y me queda solo un día más, debo pensar como suprimir el dolor para no desatar nada, no matar a nadie sin darme cuenta ya que Atzin no la están torturando ni nada por el estilo, solo que su cuerpo humano dejo de funcionar y está en su límite.
Me acerco a Ko, el hijo de Atzin y jefe de la aldea, quien prepara mis provisiones por orden de mi amada anciana para marcharme de aquí y ellos puedan seguir su vida en paz. Me siento a su lado, el tranquilamente contemplando la luna, perdidos en sus pensamientos pero su pecho tiene muchos sentimientos que me imagino que es por la próxima muerte de Atzin.
—Tu corazón está como loco —digo más para mí que para él.
—También siento felicidad —dice sin despegar la vista del cielo— por fin los espíritus dejaran descansar a Mam.
— ¿Felicidad? ¿Por qué? —¿Por qué los humanos sienten felicidad cuando muere alguien?
—Su alma ha vivido más que su cuerpo y eso lo vez cuando entrega su amor, papá la amo, pero sus ojos buscaban algo mas —suspira— llegaste tú y cambio —me mira con sus ojos verdes.
— ¿La hizo feliz? —quería saber si por lo menos su vida fue buena.
—Eso debes preguntar a ella —se levanta.
—Gracias por todo —digo— pero no creo que pueda soportar escuchar que encontró felicidad en otra persona.
Sonríe, recuerdo que al principio la leyenda decía que el chicos de los rojos ojos traería desgracia a su pueblo y que destruiría todo a su paso, Anam me dijo que todo se puede modificar, que los espíritus dicen eso para que los hermanos (las personas de la aldea) puedan siempre buscar la felicidad y tranquilidad antes de la destrucción, para que puedan aprender a vivir una vida plena, pero para mí si trajo destrucción, estoy liberando del cuerpo el alma que trajo unidad a su pueblo, estoy despojando a estas personas del alma que les trajo felicidad y consuelo, los estoy alejando del amor, los estoy destruyendo aunque ellos no lo quieran.
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Ni tan Demonio {Completa}
Fantasy«Mi desgracia no es consecuencia de mi manera de pensar, sino de la de los demás». El Marqués de Sade. Nací después de un gran suceso y tocado por la mano de Lucifer, después me enamore de una persona tocada por un ángel. Me la arrebataron, me lasti...