TENSIÓN

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Llevo casi dos meses aquí y Satoshi me ha enseñado japonés, las lecciones son dos veces al día después de sus oraciones, no soy un experto y aún me falta muchas cosas que aprender, pero ahora me puedo comunicar con Asa-chan, que era mi objetivo en ese momento. También me entere que el honorifico "-chan" es para las niñas, se ocupa para las mujeres con las que tienes una relación más cercana y Satoshi creyó que era justo que también lo llamara así.

Sí, he estado viviendo todo este tiempo en el templo, sé que es patética mi actitud pero no me despego de Asa-chan en ningún momento, sabiendo que es Amelia no quiero perder ningún segundo, aunque este se sienta incomodo a mi lado.

Para agradecer mi permanencia en el templo, ayudo con mover las cosas pesadas, con los que aceres que puedo como el mantenimiento de las puertas y cosas de carpintería, además de cortar la leña para la cocina pues ellos deben demostrar austeridad por la religión.

Satoshi me solicito que le contara de mi vida, pues Asa le comento de mis rojos ojos, y como monje pensaba que alguna de las escrituras antiguas se podría hacer realidad. No fueron mucho los detalles, pero mi nacimiento lo asoció a una leyenda tal y como pasó cuando viajamos a América hace cientos de años. Aunque la versión japonesa era más sádica y según eso había matado a millones de personas, pero en esta no mataba a mi amor, sino que me liberaba del sufrimiento.

Aprovechando la oportunidad pregunté -¿Cómo Asa-chan llego aquí? ¿Sabes algo de su pasado? -. Mientras Satoshi me contaba, más me recordaba a las vidas pasadas del alma que poseía un cuerpo. Asa llego cuando tenía diez años al templo, todo embarrado con una cortada y golpes visibles en su cara, creyendo que era una niña por lo pequeño y delgado de su cuerpo. Según las personas del pueblo, había recibido una paliza por haber robado, él lo comprobó al día siguiente. Su historia pasada no la sabe, solo pudo confirmar una vez que Asa había vagado por largos años a través de todo Japón cuando su madre murió. Mientras más me contaba la opresión del pecho fue creciendo en mi interior, todos estos años y yo sin saber que estaba aquí, qué podría haber cambiado su pasado, podría haberlo salvado de muchas horribles tragedias que no quería contar, podría haber hecho tantas cosas por él.

-Cuando llego no era más grande que este tamaño -dice con su suave entonación para escoger las palabras correctas en español. Menciona que sus ojos no brillaban, que habían perdido toda vida, que siempre se alejó de todas las personas que no conocía, que los extraños para él eran un peligro, Satoshi dice que fueron dos años para poder compartir un momento agradable.

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Esta noche está nevando y pienso en todo lo que conozco, es extraño el paisaje pero realmente puedo tocar la paz, es tan tangible como los copos que veo a mi alrededor. Por extraño que parezca estoy sentado en una piedra en medio del extenso jardín que tiene la pequeña casa, el frío cala mis huesos y tranquiliza el picor de mis ojos que se ha vuelto más fuerte desde que estoy cerca de su alma. Al parecer mientras más conviva con Asa-chan, más fuertes se vuelven mis reacciones y no controlo mis acciones.

"Te observo mientras estas en la cocina avivando el fuego del pequeño horno, en mis manos tenía los leños para acomodarlos a un lado de este, así podía ver tu perfil mientras realizabas esa simple tarea. Siempre he pensado que enamorarse de un hombre era extraño hasta que te vi. Fue lo más sorprendente que podía pasarme en la vida, reaccione a tu mirada como si me diera un golpe contra el hielo.

Siento mi cuerpo ligero y me acerco hasta donde tratas de encender la pequeña llama, rozo tu mano quitándote el abanico y digo <yo lo hago>. Tus orbes azules como el claro día fijan la mirada y una de tus manos me aleja diciendo <estas muy cerca> escondiendo tu rostro. La necesidad de tocar tu cuerpo es urgente solo al sentir pequeñas partes y tu rechazo actuado, me gustaría contarte mi secreto y decirte que todas las sensaciones que sientes en tu cuerpo, las siento en mi pecho al estar conectados.

Ni tan Demonio {Completa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora