Todo se volcó de cabeza, después de los rumores de mi despido por haber obligado a una mujer a vender su cuerpo por información, me vetaron de todos los trabajos que pude haber obtenido, deje mi casa y me escondí en la sala de la organización, todos habían creído en mis palabras pues saben de lo que puede ser capaz Nicole.
Me ofrecieron trabajar como caza recompensa atrapando ladrones del bajo mundo para poder vivir. Conocía los barrios bajos y Paco fue una gran ayuda para recolectar información, aquí había mucha escoria que matar, como violadores, traficantes de órganos, pedófilos, gente de verdad que no valía la pena y que apenas se les puede catalogar de personas, pero me limite a lo que estaba a mi alcance.
Expulsaron a Nicole y Hector quedó de encargado pues conocía al antiguo maestro. Yo seguía en el consejo, Pasha y Vitya con sus tareas de organización y trabajando a mi lado atrapando a las ratas grandes. Necesitábamos reunir toda la información posible, pero era peor de lo que espere, todo esto es peor de lo que recuerdo en el infierno.
Nos costó bastante tiempo antes de escuchar que Nicole venía con trescientas personas a la ciudad para estallar una guerra civil, después de desmantelar un burdel donde vendían a niñas como prostitutas.
"No quiero que te toquen más" recuerdo cuando le dije a Amelia aquella frase, eran días de sufrimiento cuando sabía que el príncipe la tenía de concubina y abusaba de ella sin que se pudiera defender, ella lloraba en los establos mientras acariciaba sus heridas. No quiero que esos niños pasen lo mismo.
-¡Te dije que la deberíamos haber asesinado! -me grita Pasha mientras camina como león en este pequeño espacio.
-Tranquilo hermano, entiendo a Kail -dice Vitya- además es demasiado sexy para hacerlo.
-¡Déjate de bromas Vitya! Este asunto es serio -Pasha brava contra su hermano, esta desconcertado.
-Lo digo tan en serio, como que me gustaría matarla a mí.
-Lo haré yo -digo pensando en todas mis posibilidades- sé dónde puedo encontrarla. O por último, quién puede encontrarla -realmente ella ha sido un desafío que difícilmente he logrado superar.
Según los rumores de esa misma noche, hay una persona que se apoda "Jack" que asesina a hombres o mujeres dejándolos destripados en las calles de Londres. Fue fácil identificarla pues en el sector norte, asesinaban a puros hombres más menos de lo que aparenta ser mi edad. Todos con el mismo corte, todas semejantes a mi cicatriz del vientre bajo que me recuerda todo lo que pase con Amelia, ¿qué sería de mí si ella estuviera a mi lado ahora?
"Todo saldrá bien" su voz suena en mi consciente.
Las calles de Londres a media noche eran lúgubres, calladas en ciertos lugares y callejones, pero si sabes buscar, encuentras fiestas en sótanos donde se disfruta lo más perverso de la ciudad que duerme. Todo tipo de personas están aquí, desde nobles que visten como proletariados hasta vagabundos que toman alcohol del suelo o lamen las botas por un pequeño premio.
¿Encontrarla? conociendo la sed de poder que tenía corriendo por sus venas sería el centro de atención de cualquier lugar, a ella no la encontraría, ella se mostraría como la que manejaba el contrabando de drogas, o la atención de las prostitutas, o el alcohol modificado que se podía distribuir en estas habitaciones, o todas las opciones combinadas en ella.
Era todo un burdel o algo peor que eso, como ver parte de una pesadilla, ni el infierno apestaba tanto como aquí con tanto cuerpo revuelto, todos concentrados en una gran habitación, pero sin ventanas o algo por donde pudiera escapar alguna evidencia de lo que aquí se hacía.
-Hola guapo, ¿qué deseas? -una de las chicas se sienta en mis piernas cuando llego al rincón de la sala para ver mejor.
-Estoy mirando -digo sin probar bocado del vaso que está en mi mano. Sacado de alguna mesa a la entrada.
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Ni tan Demonio {Completa}
Fantasy«Mi desgracia no es consecuencia de mi manera de pensar, sino de la de los demás». El Marqués de Sade. Nací después de un gran suceso y tocado por la mano de Lucifer, después me enamore de una persona tocada por un ángel. Me la arrebataron, me lasti...