Escena con contenido +18 y algunos contenidos
sensibles para mentes inocentes.
—Sabes que tienes que seguir con tu vida, amigo —Thomas estaba sentado en el mini fuera de su departamento.
Después de la noticia de Amaia no me contuve y antes de causar alguna tragedia en la casona de los Lespargnard le pedí a Thomas que me sacara de allí sin que nadie se diera cuenta. Keila lo ayudó disculpándose con los socios y en cuanto pusimos un pie fuera Lucifer y Gabriel también decidieron salir de allí.
Todos estuvieron más que de acuerdo que los graduados terminaran su fiesta en algún otro lugar, tal vez en un bar emborrachándose y liberándose del estrés acumulado por los años de estudios. Un plan normal para personas comunes, yo tenía otro muy distinto.
—¡Vamos al ring! —ladre cuando me deshice del saco a medida que vestía.
—¡No! —su mirada se lleno de furia—. La última vez casi nos matan.
—No pasará nada esta vez, ya llame a Satán para que me consiguiera dos peleas rápidas. Nos espera en veinte minutos.
—Los moretones no desaparecerán en tres días.
—Entonces que me den golpes donde pueda cubrirlos con el traje.
Esto más que nada era una buena terapia. Lo mismo que hice para la revolución pero de una forma más callejera y con dinero de por medio. Las peleas ilegales eran un escape a mis frustraciones que me generaba mi vida tal y como estaba hasta ahora.
Conocimos la Jaula luego de una pelea con la fraternidad en nuestro segundo semestre. Nos habían traído aquí una noche que nos sacaron del campus con una capucha en la cabeza. La amenaza era sencilla, si podíamos salir de allí a pie nunca más nos molestaría y no falto nada más para golpear a cuanto se me pusiera en el camino.
Ese día Keila nos fue a buscar para llevarme a Thomas que había recibido un par de golpes por no saber defenderse y yo quede con una chamarra destrozada por los tirones que me daban al tratar de sostenerme entre dos para que uno me golpeara. Termine con un ojo morado y unos nudillos deshechos.
Estaba en las afueras de París y cada dos por tres venía para destrozar a alguien que tenía sed de sangre por la codicia que generaban estas peleas.
—Iras con o sin mí —suspiro—, voy a sacar a nuestro viejo amigo, tráeme ropa negra por favor.
Thomas ya no se resistía cuando los ataques de matar imbéciles me bajaban para controlar las ansias de una experiencia que sentía que me alejaba de Amaia. Cada vez que lo necesitaba sacaba el BMW2800 CS negro que nos habíamos conseguido por una ganga cuando estábamos en la universidad. Tenía el mini y siempre obtenía autos de buena marca y nuevos en algunos puntos, pero a la Jaula si no querías llamar la atención Satán nos aconsejo que mejor buscáramos un modelo antiguo.
Entre todas las noches que íbamos a la Jaula conocí a Tatiana, una rubia que pertenecía a una familia acomodada además de ser amigos con los Stein. No estaba nada mal para una chica que pertenecía a mi círculo de contactos, es una chica realista y practica que busca emociones que su rutinaria vida no la dejaba vivir.
Hoy necesitaba una distracción y mis hábitos de peleas callejeras tenían que cambiar ahora que íbamos a estar a cargo de la empresa que estaba creciendo de una manera impensable. Thomas tenía razón y debo seguir con mi vida adelante, deshacerme de todas estas malas sensaciones que se acumulaban en mi pecho.
Cuando ya faltaban cinco minutos para las cuatro de la mañana solo había recibido puños en las costillas y habíamos recibido más de mil euros por las apuestas. Sabían que era el Demonio, apodo que me gané la primera vez que vine aquí, venía a destrozar todo a su paso cuando llegaba.
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Ni tan Demonio {Completa}
Fantasy«Mi desgracia no es consecuencia de mi manera de pensar, sino de la de los demás». El Marqués de Sade. Nací después de un gran suceso y tocado por la mano de Lucifer, después me enamore de una persona tocada por un ángel. Me la arrebataron, me lasti...