La hija del Pastor [Terminada]

ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟛

-Hola, Valentina —me dijo con una sonrisa.

—¿Que haces aquí? —pregunté, creí que después de lo que pasó en el parque no lo vería más, no lo quería ver más.

—Vine a verte y disculparme —contestó —Toma, esto es para ti —me tendió un ramo de flores.

—Sabes que un ramo de flores no arreglan las cosas —le dije, no las recibí.

—Es un lindo gesto, hija, recibe las —me dijo mi padre, no lo hice, las tomo él.

—Los dejaré solo para que hablen.

—No es necesario, papá —le dije —. Ya no tengo nada más que hablar con él, terminamos.

—No podemos terminar Valen, tu y yo somos la pareja perfecta —dijo Sebastián acercándose, yo camine hacia atras —. Se que me porte mal, pero puedo cambiar, dame esa oportunidad.

—Tú nunca cambiarás, siempre serás así de violento e impulsivo —le dije —No, no volveremos, no puedo estar con alguien que no me gusta —se coloco mas serio y se veía mas tenso.

—Esto no se termina aquí, Valentina, te voy a conquistar sea como sea y volverás conmigo.

—Yo mejor me voy a mi habitación —avise, me di la vuelta y camine hacia las escaleras.

—Haré lo que sea para que estés conmigo, Valentina, por que tú y yo estamos hechos el uno para el otro —seguía hablando, yo ya estaba subiendo las escaleras, dejé de escucharlo cuando cerré la puerta de mi habitación.

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Ordene mi habitación; hice mi cama, ordene la ropa en los cajones, colgué las chaquetas y chalecos en mi armario, ordene los libros de mi repisa, estaba terminando cuando escuché una voz.

—Val ¿estas ahí? —era la voz de Juls, me dirigí donde estaba el radio y lo tomé. —¿Estas a...? —no la deje terminar.

—Hola, Juls —la salude, escuche un  suspiro del otro lado.

—Hola, Val, ¿estas ocupada?

—Lo estaba, ahora ya no —conteste, me senté en la cama y coloque mi espalda en respaldo de esta.

—¿Que hacías?

—Pues, estaba ordenando mi habitación, ¿tu? —ahora yo le pregunté.

—Nada, pero ahora me doy cuanta que mi habitación también está desordenada —contestó —. Creo que también iré a ordenar —escuche que reía —. Ya me despido, solo quería saber como estabas.

—Juls, nos vimos hace unas horas atrás —sonreí, volví a escuchar su risa nerviosa.

—Lo sé, pero sabes bien por qué lo pregunto.

—Si se, pero estoy bien —dije.

—Que bueno, yo también estoy bien por si te interesa saberlo —me mordí el labio y sonreí —. Descansa, Val.

—Tú también descansa, Juls —le dije, unos segundos después apague la radio y la dejé sobre la cómoda, di un gran suspiro, tenía una extraña sensación en el pecho, me levante e inconscientemente camine hasta el ventanal, corrí la cortina y luego la ventana y fui al balcón, mire el del frente y ahí estaba, Juls, aun tenia la radio en la mano, nuestras miradas se cruzaron y sonreímos, movió la mano saludando, yo hice lo mismo, la extraña sensación que tenía en el pecho ya no la tenía, se me había pasado, nos seguimos mirando y sonriendo, estuvimos unos minutos así, hasta que se puso algo helado y tuve que entrar, me despedí moviendo la mano, ella hizo lo mismo, entre a mi habitación, cerré la ventana y me metí a mi cama para dormir.