ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟚

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Estábamos en un bar, yo solo pedí una cerveza y Jacobo pidió Whisky, ya se había tomado dos vasos y ya iba por el tercero, yo a mi botella solo le había dado pequeños sorbos.

-¿Como te diste cuenta? —preguntó al fin.

—No fue difícil deducirlo; la forma en cómo la trata, en cómo la mira, no es la mirada de un tío con su sobrina, su mirada es la de un padre.

— Te diste cuentas sólo con esos mínimos detalles? —preguntó.

—Soy muy observadora —conteste —. La pregunta aquí es, ¿por qué aún no se lo dice?

—¿Para que? Ya tiene a un padre.

—Ese hombre no se merece ese título —le dije —. Él la trata mal, muy mal, ahora a estado mas tranquilo por que Val se reveló, pero no confío en él, esa tranquilidad no le durará mucho.

—¿Y como se lo digo para que no me odie? —preguntó, se había tomado su tercer trago.

—Con la verdad —conteste —. Y a mi también me gustaría saberla —pidió un cuarto trago, se lo sirvieron y se lo tomó de un solo golpe.

—De acuerdo, te contaré —me dijo, se puso frente a mí —. Conocí a Lucía un tiempo antes de que se casara con León —comenzó a contar —. Estudiábamos juntos, ella venía de una familia con dinero, y además muy tradicionales, ella era hija única, nos conocimos y nos enamoramos, fue un amor a primera vista; la casa de sus padres está a las afueras de la ciudad, viven los tíos de ella, sus primos y los hijos de estos, es una casa muy grande, de varias estareas, bueno, la cosa es que comenzamos a vernos a escondidas y nos juntábamos en una pequeña casucha donde se guardaba el fardo, ahí fue nuestra primera vez; todo iba bien hasta que se entero que su madre la iba a casar con mi hermano, nuestro padre era amigo del padre de Lucía y sería buen negocio casarlos, para la iglesia, por si no sabias la iglesia recibe mucho dinero —yo asentí, continuó —Lucía se negaba, pero sus padres ya tenían todo arreglado para que eso sucediera; era inevitable que ella se casara, nos juntamos una noche, la que sería nuestra última noche juntos, la pasamos juntos y al salir de la casucha junto a Lucía estaban Leon y sus amigos, me miró muy enojado, uno de sus amigos tomó a Lucía y otro me agarro a mí y Leon comenzó a golpearme hasta dejarme muy mal herido; le contó a mi padre y me miró con decepción, mi madre fue la única que me consoló —hizo una pausa para continuar —No me dejaron ir a la boda, todos se habían enterado de lo nuestro, así que no me permitieron asistir... Supe de ella meses después, cuando volvió y me confesó que estaba embarazada y que el bebé era mio, pero Leon pensaba que era suyo, Valentina nació y al hacerle el examen se comprobó que era mio, pero Leon se quedó con ella, estaban casados, yo no tenía derecho a nada, para Valentina solo era su tío, eso me hacía sentir muy triste, pero lo acepte ya que de todas formas podía estar cerca de ella —dijo cabizbajo, toque su hombre, por que comprendía lo que sentía.

—Pero esa no es la única razón por la que León lo odia, ¿verdad?

—León es mi hermano por parte de padre, su madre había muerto, bueno, más bien se suicidó por su depresión; mi padre conoció a mi madre y me tuvieron a mi, Leon tenía 5 años cuando yo nací, nunca me quiso, eso me dijo cuando yo tenía 10 años y el 15, siempre me molestaba, me pegaba o empujaba, y pues se enojo mas cuando Lucía se fijo en mi y no en él.

—Si Leon quiso tanto a Lucía, podría haber trato a Val mejor, es parte de ella.

—Pero también es parte de mi —me dijo —. Y verla le hace recordar que fue hecha por el fruto de mi amor con Lucía y no con él y eso le hierve la sangre —dijo —. Además, era un hombre muy posesivo, controlaba mucho a Lucía, incluso ella me dijo que la golpeaba, le dijo a sus padres, pero no le creyeron, al contrario, pensaron que ella se lo busco por no respetar a su esposo —me sorprendió lo que me decía —. Te pido que por favor, no le digas a Valentina.

—Tranquilo, no le diré nada —le dije —. Eso tiene que hacerlo usted.

—Gracias, y lo intentaré —yo sonreí.

—Entonces, ¿me da permiso de seguir saliendo con su hija? —reímos con la pregunta que le dije.

—Si, tienes todo mi permiso —contestó —. Será mejor irnos, ya es tarde —sugirió, tome lo que me quedaba de mi cerveza, pago y nos fuimos.

Subí las escaleras sin hacer ruido, entre a mi habitación, no encendí la luz, solo me saqué las botas y me lance a la cama, hoy había sido un día muy bueno, hable con mi suegro, y la chica que me gusta aceptó ser mi novia, me incorpore un poco y mire por el ventanal el balcón de Val, las luces estaban apagadas, me levante para ponerme el pijama y me acosté, cerré los ojos y me quede dormida automáticamente.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora