ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛𝟚

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Narrador

Ya llevaban dentro del auto unos 20 minutos de recorrido, iban por un estrecho camino de tierra, de veras sus tíos tenían grandes hectáreas, aun que otras familias tenían hectáreas 3 veces más grandes, como la casa de la Sra. Ruiz.

Siguieron su camino, Valentina estaba ansiosa por saber dónde la llevaría su primo, lo veía de reojo, tenía una gran sonrisa, sin que ellos supieran y kilómetros más atrás Sebastián los seguía sobre el caballo iban a poca velocidad para no ser descubierto.

El auto se detuvo a unos metros frente a una casa vieja, Bastian y Valentina se quedaron dentro del auto.

-¿Es aquí? —preguntó Valentina con curiosidad, Bastian la miró y asintió. —¿Que hay en esa vieja casa?

—Es un pajar antiguo, es de nuestra zona, la verdad ya nadie lo usa.

—¿Y por qué vinimos aquí? —preguntó aún más curiosa, su primo no contestó, sólo salió del auto, Valentina lo imitó, su primo tocó la bocina, la castaña se dio cuenta que había otro auto, era un Jeep, al oír las bocinas la ojiazul se extraño y miró a su primo sin entender, este le hizo una seña para que girará, al hacerlo se le formó de inmediato una sonrisa de oreja a oreja, la morena que tanto amaba estaba frente a sus ojos, corrió hacia ella y las dos se abrazaron, duró unos segundos, se separaron un poco, Juliana sonrió y la beso, fue corto pero intenso, las dos se separaron.

—Gracias por traerla —le dijo la morena.

—¿Ustedes se conocen? —preguntó confundida.

—No, tenemos un amigo en común —contestó Bastian.

—Alex —aclaró la morena.

—Bueno, las dejo —dijo su primo —. Tú la traes de vuelta, ¿verdad?

—Si, no te preocupes —contestó Juliana, el chico sonrió, fue a su auto y se fue dejando a la pareja sola, la castaña miró a su alrededor y volvió su mirada al Jeep.

—¿De quien es?

—Es mío, lo compre el viernes —contestó —. Ven —dijo, tomó su mano y entraron al antiguo pajar.

Valentina miraba el lugar, no era muy grande, el suelo estaba cubierto por paja, había montañas de fardos de alfalfa, había una mesa de madera, alguna que otra herramientas en un rincón colgadas, ya oxidadas, unas mantas, se acercó a los fardos, en eso sintió a Juliana abrazándola, la castaña cerró los ojos al contacto, la giro quedando muy cerca.

—Te extrañe mucho —confesó la morena cerca de su boca.

—Y yo —dijo la castaña en un susurro, tomó la nunca de la morena y la acercó para besarla, él beso comenzó siendo intenso, pasional, sus lenguas tenían su propia guerra, la morena mordió un poco el labio de su novia haciendo que esta soltara un jadeo, bajo sus manos y le sacó el nudo de su blusa, luego Valentina levantó los brazos y la morena le sacó la blusa tirándole, Val desabotono la camisa de Juliana mientras está besaba su cuello, con ayuda de ella se la sacó, desabrocho su pantalón sin bajarlo, la castaña podía ver la gran ereccion de su novia y se mordió el labio, giro un poco dejando a Juliana apoyada contra el fardo, bajo lentamente ante la atenta mirada de la morena, bajo su pantalón hasta sacarlo, bajo un poco el bóxer, metió la mano y sacó el miembro de su novia lo acarició de arriba a bajo con sus manos, vio a Juliana con los ojos cerrados, lo besaba y lo lamia, la morena soltó algunos jadeos, hasta que soltó un sorpresivo gemido cuando sintió que Valentina había metido el miembro dentro de su boca, lo hacía lentamente, entraba y salía de su boca, Juliana tomó el cabello de su novia, la boca de la ojiazul hacia maravillas, Juliana tomó su cabeza eh hizo que los movimientos fueran más rápido, la castaña aceleró aún más, la morena de aferro al fardo, soltó un gemido de placer al acabar dentro de la boca de su novia, la castaña se limpio y se levantó.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora