Valentina
Termine de bañarme, salí de la ducha me coloque el albornoz, me acerque al espejo y lo limpie, comencé a secarme el cabello con otra toalla, me lo cepille, al inclina la cabeza para cepillarme mejor note unos moretones rojos en mi cuello, me los toque y me mordí el labio al recordar quien me los había hecho.
Fui a mi habitación y me vestí, busque un pañuelo para ocultar los chupones, no quería que mi padre los viera y comenzará a preguntar cosas que no sabría como responder, me tomé el cabello, me mire al espejo, me veía bien, el pañuelo combinaba con mi ropa, tomé mi celular y busque su contacto, al hallarlo llame, dos tonos y contesto.
-Hola —dijo con la voz ronca, al parecer aun estaba durmiendo.
—Hola, mi amor.
—¿Val? Perdón, solo tomé el teléfono, no sabía que...espera dijiste, ¿mi amor?
—Si, eso dije, mi amor —le corrobore, escuche su risa del otro lado —¿Como estas?
—Muy bien con esa forma de despertarme, mi amor —me mordí el labio —. Aún que hubiese deseado despertar aquí conmigo, en mi cama.
—Pues te aseguro que más adelante será así —le dije.
—Es lo que más quiero —escuche la voz de mi Padre llamándome.
—Juls, amor, ya me tengo que ir —le avise.
—Esta bien, hablamos luego.
—Si, te amo.
—Y yo te amo a ti —sonreí, me despedí y colgué, guarde mi celular en el bolsillo de mi pantalón y baje.
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Al terminar la misa me coloque al lado de papá, le pasé la copa con las hostias, me aleje un poco mientras el se acercaba a una fila de fieles.
—El cuerpo de Cristo —le dijo a una mujer mayor.
—Amén —dijo ella, abrió la boca y le coloco la hostia dentro, luego se fue, y apareció otra mujer, hizo lo mismo, al terminar me paso la copa, quedaron una 4 hostias, me las comí, siempre lo hacía.
—¿Te estas comiendo el cuerpo de Cristo? —preguntó una voz tras de mi, me trapique un poco, gire, era Juls, sonreí —. Perdón, no quería asustarte así.
—No pasa nada, ¿que haces aquí?
—Vine a confesar mis pecados —contestó, me sorprendí, pero al ver su sonrisa le seguí el juego —. Y te advierto que son muchos —dijo acercándose. —¿Crees poder ayudarme con ellos?
—Vamos a ver que puedo hacer, acompáñame_ le dije, camine y ella me siguió hasta el confesionario, entre y vi a Juls por la pequeña rejilla que se arrodillada —Ave Maria Purisima.
—Sin pecado concebida —dijo Juls —. Padre, he pecado —me mordí el labio para no reír.
—Te escucho, hija mía —de reojo vi que sonreía.
—Estoy sumergida en el pecado de la lujuria, padre, no dejo de pensar en ella todas los días, de tenerla cerca, de tocarla, besarla, de hacerle el amor todos las noches, ¿que puedo hacer con este problema, padre?
—Pues hazlo y no te quedes con las ganas —le dije.
—Gracias, padre, eso haré —dijo, se percino y la vi salir, yo sonreí y negué con la cabeza, cerré la rejilla y salí, pero al acerlo no encontré a Juls por ninguna parte, me aleje del confesionario, escuché un silbido, me gire, vi una mano haciendo una seña para que la siguiera, lo hice, corrí las cortinas rojas que eran largas hasta el suelo y gruesas, dentro estaba iluminado por las velas, muchas velas que estaban cerca de la imagen de Virgen María, en eso me tomaron por la cintura, era Juls, me giro y quedamos de frente —. Fui a confesarme —dijo.
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La hija del Pastor [Terminada]
RomanceLa vida es injusta y cruel, y eso Juliana Valdés lo sabe muy bien, por que lo ah vivido en carne propia... Pero al volver al pueblo de su infancia con sus tíos su vida dará un giro inesperado Idea original Juliana G!P