ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟜𝟚

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Valentina

Al llegar a la casa les conté a mis tíos sobre el testamento y que me iba a mudar mañana, le agradecí por toda la ayuda que me habían dado en estas últimas semanas, mi papá se quedó a cenar, ya eran pasada las siete, conversamos un poco, él y mis tíos se llevaban bastante bien, en eso papá recibió una llamada y se disculpo y se tuvo que levantar, volvió a los minutos después, parecía algo angustiado.

-¿Todo bien? —pregunté.

—Me acaban de avisar él abogado que la policía entró a la casa buscando a mi hermano León y también la revisaron —contestó, yo quedé sorprendida por lo que me decía.

—¿Y eso por que? —pregunté.

—No lo sé, por eso iré ahora mismo —contestó papá.

—¿Pueden entrar a una casa así como así? —preguntó mi tía.

—Si tienen la orden de un fiscal, si —contestó —. Pero deben tener un motivo primero. Debo irme, gracias por la cena, perdón por irme antes, hija.

—Esta bien, no hay problema, ve —le dije, se despidió de todos y se fue, me quedé algo preocupada por lo que dijo.

Narrador

Jacobo llegó y se estacionó frente a la casa, ahí estaba esperándolo nuevamente Camilo, le contó que la policía tenía una orden para registrar el sótano de la casa, que se la habían mostrado, y no encontraron nada, eso le pareció muy extraño a Jacobo, los dos entraron a la casa y la revisaron también, la verdad la policía no hizo ningún desorden, bajaron al sótano.

—Es muy extraño todo esto —dijo Jacobo —. Tendré que hablar con Sánchez, es el teniente.

—No encontraron nada, por ahora no es necesario —dijo Camilo —. Mañana vendré, hay que hacer algunos papeleos, viene Valentina mañana, ¿verdad? —Jacobo asintió, el hombre se despidió y se fue, Jacobo por otra parte se quedó en la casa para limpiarla un poco, por lo que veía León la tenía algo sucia.

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Terminó de limpiar la habitación que él ocuparía, iba bajando con la ropa de la cama sucia, las dejó en una canasta, al ver por la ventana se dio cuenta que ya era algo tarde, en eso tocaron a la puerta, se extraño ya que era tarde para que alguien tocará, camino y fue abrir, era Javier el primo de Juliana.

—Javier que sorpresa —dijo —. Pasa —el chico entró —¿En que puedo ayudarte?

—Mis padres no saben que vine, había venido antes, pero no había nadie —contestó, parecía algo nervioso —. Me llamó un amigo que iba caminaba cerca de la iglesia y se dio cuenta que la policía arresto a unos narcos que salían con mercancía de ahí —él hombre lo miró sorprendido.

—Eso no puede ser —le dijo —. Iré enseguida —tomo su chaqueta para salir, pero lo que le dijo el chico lo detuvo.

—Juliana está presa —dijo sin más, Jacobo lo miró sin creer en lo que decía —. Oí a papá decir que Juliana había entrado a esta casa a escondidas, ella dice que no robo nada, que sólo buscaba algo y encontró otra cosa, fue a la policía y al parecer lo que encontró aquí fue que vinieron a revisar la casa y luego la iglesia —contó —. Mi papá trató de hablar con mi prima para que le dijera quien fue quien la convenció de entrar a esta casa, pero ella no quiere decir nada —Jacobo se dio cuenta que la novia de hija estaba presa por su culpa, él la había convencido —. Pasara la noche ahí, así que no podemos hacer nada... ¿Está bien? —preguntó al ver al hombre preocupado, Jacobo lo miró, tenía que decir la verdad.

—Yo fui quien la convenció de que entrar —confesó.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó sin creer.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora