ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟝𝟛

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Valentina

Había despertado primero, estaba a su lado abrazada a su cuerpo desnudo, me separe un poco para mirar su rostro, dormía plácidamente y con una sonrisa. No quería levantarme, pero mi estómago gruñia por algo de comer, muy a mi pesar saqué su brazo de mi cintura con cuidado y me aleje, busque mi braga, me la coloque y también me coloque mi blusa, salí de la habitación a pies descalzos, antes mire a Juls, seguía dormida profundamente, sonreí y salí dejando la puerta un poco abierta.

Camine hasta la cocina, era un poco más grande que del apartamento de Laura, abrí el refrigerador y saqué leche, cerré, luego busque un plato ondo, revise casi todas las puertas de los muebles, hasta que encontré uno, los cubiertos estaban en un pequeño cajón, saqué una cuchara, el cereal ya sabía donde estaba, ya que había revisado los muebles anteriormente, dejé todo en el mesón, estaba por vertir la leche en el plato cuando un ruido me espanto.

-¡No! —fue un grito y venia de la habitación de Juliana, salí corriendo de la cocina hacia la habitación, al llegar no la encontré en la cama, estaba en el suelo sentada cubriéndose los ojos, me acerque a ella y me coloque a su altura.

—Juls —la llame en un susurro, le quite las manos de sus ojos, tenía los ojos en lágrimas, al verme tomó mi rostro con sus dos manos —. ¿Que sucedió?

—Desperté...y...y no te encontré a mi lado...creí ...creí que todo ha-había sido un sueño otra vez —habló con dificultad —No te vuelvas a ir de mi lado.

—Esto no es un sueño, estoy aquí, soy real —le dije, la ayude a levantarse y la senté en la cama —. Ya te dije que no me iré —acaricie su mejilla, seque sus lágrimas y le di un tierno beso —. Además, nuestra ropa está por el suelo —le señale.

—Perdón, no quise asustarte —se disculpo.

—Perdóname a mi también, por dejarte sola y no avisarte que iba a la cocina —le dije.

—Si tienes hambre, ve a comer.

—Ya no tengo hambre, se me quito con el susto —le dije —. Pero tengo que ir a guardar las cosas que saque —me levante —. Ya vuelvo —y salí de la habitación, guarde todo y volví a la habitación y me acosté a su lado y la abrace. —¿A si que pensaste que todo fue un sueño? —pregunté.

—Estos 5 años he soñado contigo mucho, que estábamos juntas y felices y luego despierto y me doy cuenta de la realidad, que todo es un sueño —me acomode para mirarla.

—Ahora ya no es un sueño, es la realidad —le dije —. Estoy aquí contigo y no volveré a cometer el error de alejarte de mi —ella sonrió.

—Tenemos que recuperar el tiempo perdido —me dijo.

—¿Y como sería eso? —pregunté.

—Primero quiero hacerte unas preguntas —contestó, la mire extrañada —. Bueno, en realidad es más bien una duda que me ha estado rondando en la cabeza.

—Bien, ¿Cual duda? —le pregunté

—Ese chico en el hospital, ¿Quién es y si tienes algo con él?

—Se llama Luis, pero le decimos Lucho, es mi compañero —respondí la primera parte de la pregunta —. Y no, no tengo nada con  él, hemos salido, pero solo como amigos y siempre en grupos.

—Pero ese día el parecía muy cercano a ti.

—Pues la verdad a él sí le gusto —le dije —. Por qué me lo confesó.

—¿Tiene alguna posibilidad contigo? —preguntó insegura.

—Tiene...cero posibilidad conmigo —conteste, soltó el iré que tenía contenido, se relajo —Él sabe de ti y le deje muy claro que mi corazón es solo tuyo.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora