ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛𝟙

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Valentina

Estábamos ya comiendo todos juntos en la mesa, habían muchas cosas en ella; ensaladas, carne, pollo, todos nos servimos a nuestro gusto, yo estaba sentada al lado de mi primo, al lado de mi papá las gemelas, mi tío en un extremo de la mesa y mi tía en el otro.

-¿Y estudias algo Valentina? —preguntó mi tío.

—La verdad no.

—Que raro, ¿no sabes que estudiar?

—Me acuerdo que cuando pequeñas venias con tus muñecas y tu botiquín para jugar a la enfermeras, pensé que estudiarías algo relacionado con la medicina.

—Bueno, la verdad... —mi papá interrumpió.

—Valentina esta muy bien sin estudiar, se dedica a la iglesia como debe ser —dijo en un tono serio.

—Pero ya está en edad de estudiar lo que ella quiera, ya tiene 20 años, ya no es una niña —dijo mi tío algo molesto.

—Ella es mi hija y vive bajo mi techo, y está bajo mis reglas.

—Algún día se irá de casa —le dijo —. Se va a enamorar, se casara, eso no lo puedes evitar.

—Irse de casa lo dudo —le dijo mi papá —. Pero en lo del matrimonio, en unos meses eso sí pasara —todos me miraron sorprendido.

—Eso no lo sabía —dijo mi tío —. Pues felicidades —le di media sonrisa.

La comida continuó entre otras conversaciones, por suerte la tensión entre papá y mi tío se había calmado, al terminar le ayude a mi tía a llevar las cosas de la mesa a la cocina, me ofrecí a ayudar a lavar, pero ella negó, papá se excuso diciendo que tenía sueño y se fue a su habitación, yo salí fuera de la casa, me senté en los escalones, el jardín tenía muchos árboles y arbustos, algunos eran cuadrados, había una pileta al medio y farolas que iluminaban la oscuridad de la noche.

—¿Que haces aquí tan solas? —preguntó una voz tras de mi, me giré, era Coral, le sonreí y se sentó a mí derecha, tras ellas estaba Bastian se sentó a mí izquierda.

—Solo quería tomar un poco de aire —conteste, en parte era verdad, pero en realidad extrañaba mucho a Juls.

—No puedo creer que te vayas a casar tan joven —dijo Coral.

—Ni yo —les dije con una sonrisa nerviosa.

—No quieres casarte —afirmó Bastian, lo mire y negué con la cabeza. —¿Hay alguien más? —asentí.

—¿Quién es él ? —preguntó Coral, me levante nerviosa y los mire, trague en seco, no sabía cómo decirles sin que me juzguen.

—Es...es "ella" —conteste nerviosa jugando con mis manos.

—Te gusta una chica —afirmó Coral, yo asentí —¿Y por qué te pones así? No es malo que te guste una chica —la mire sorprendida.

—¿No están molestos? —pregunté.

—No, ¿por qué? —preguntó Bastian.

—Pensé que me iban a juzgar por enamorarme de una chica.

—Te entiendo —dijo Coral —. Pero no te juzgo por que mi pareja es una chica —me confesó con una sonrisa.

—¿De verdad? —ella asintió. —¿Cuanto tiempo llevan?

—Un año —contestó —. Llegó hace dos años a mi colegio y cuando la vi quedé flechada.

—¿Como lo tomaron mis tíos?

—Se sorprendieron, pero al darse cuenta que me hacía feliz, lo aceptaron y me apoyaron y cuando la conocieron les agrado aún más —sonreí.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora