ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛𝟞

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Maratón 3 /3

Valentina

Mis tíos se levantaban bastante temprano, desayunamos juntos, las gemelas ya se habían ido a la escuela y Bastian también se había ido a la Uni para estudiar, bueno mas bien era un instituto de gastronomía, quedaba a unos 45 minutos de la casa, por eso aprovechaba de ir a dejar a las gemelas que la escuela quedaba a una media hora y llegaba temprano al instituto, la verdad como ya había dicho quería estudiar, pero la única manera de hacerlo era ir a la universidad del pueblo, por eso le pedí a Laura que averiguara algo.

Cuando termine de desayunar fui a los establos, estaban lavando a los caballos, todos se veían muy bien cuidados, en eso vi a mi tío con otros dos hombres, parecían preocupados, me acerque, vi a un caballo acostado, parecía enfermo.

-¿Que sucede tío? ¿Está enfermo?

—Esta herido —contestó —. Se atravesó algún fierro oxidado, su sangre se está envenenando.

—¿Pero como? —pregunté, mi tío levantando los hombros.

—Señor, tal vez eso fue mi culpa —dijo un hombre.

—¿Que quieres decir?

—El domingo le preste el caballo a un joven, salió corriendo muy rápido con él —contestó —. Tal vez en el camino de vuelta pudo haber tenido algún tipo de accidente, por que el joven había vuelto bastante sucio.

—Pero eso fue el domingo y hoy es martes, ¿como no te diste cuenta antes? —le preguntó mi tío molesto.

—De verdad lo lamento mucho señor.

—Lamentar no solucionará el problema, vamos a perder a nuestro mejor caballo por tu incompetencia —le dijo, el hombre bajo la cabeza.

—No te enojes con él tío, no tiene toda la culpa, Sebastián también la tiene —le dije, él solo me miró —. Estoy segura que debe estar muy arrepentido por el error que cometió ,un error lo comete cualquiera —mi tío asintió, en eso llegó otro hombre, mi tío se acercó y lo saludo, luego se acercó al caballo y lo reviso, le curó la herida, luego le coloco una inyección, acarició al caballo y se levantó, se nos acercó.

—Efectivamente fue algún tipo de fierro, pero no es nada grave, no estaba oxidado ni nada, la fiebre puede ser otra tipo de infección, pero no es nada de que preocuparse, lo cure y a más tardar mañana estará mejor, pero si quieren una total recuperación sería preferible que sus actividades la retomará en unos tres días más.

—Gracias, doc —le agradeció mi tío, se dieron las manos, nos despedimos de él y se fue, en eso mi tío ve al hombre que le grito —Rogelio —lo llamo —. Perdón por haberte gritado de esa manera.

—No se preocupe señor, lo entiendo —lee dijo —. Y yo me encargaré de cuidarlo —miró al caballo.

—¿Puedo ayudar también? —le pregunté, mi tío asintió —. Bueno Rogelio seré tu ayudante —le dije con una sonrisa, el también sonrió.

Me quedé junto a Rogelio, me enseñó a todos los caballos, todos tenían nombres muy particulares que me hacían reír, volvimos donde el caballo enfermo, me acerque a él, tenía un extraño sentimiento hacia él, lo acaricie con cuidado y parecía gustarle.

—Al parecer le caes bien —me dijo Rogelio.

—Pues a mi también me cae muy bien —le dije —. Es un chico muy lindo y fuerte —le dije cerca del oído.

—Es una chica, una yegua —me corrigió.

—Ah, pues es una chica muy linda y fuerte —en eso la yegua giro su cabeza lamio mi cara y acarició mi mejilla con su frente, fue algo extraño, Rogelio también le pareció así.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora