ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟞

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Valentina

Sentía un tremendo dolor de cabeza, abrí los ojos lentamente, y me di cuenta que esa no era mi habitación, me iba a mover pero sentía un peso sobre mi, baje la mirada, suspiré y sonreí, Juls me tenía abrazada, sentía su respiración muy cerca de mí cuello, y me abrazaba la cintura por debajo de la tela del pijama, se sentía muy bien estar así con ella, pero no sabía cómo había llegado ahí, recordaba la disco y beber cerveza, mi cabeza aún dolía, quería moverme para poder levantarme y buscar alguna pastilla, pero Juls me agarraba con más firmeza.

—Juls, tengo que levantarme —le dije mientras la movia, solo hizo sonido, volví a moverla.

—No, no te levantes, quedate un rato más así conmigo, ¿si? —preguntó asiendo un puchero.

—Me encantaría Juls, pero es domingo y en unas horas comenzara la misa —conteste, soltó un bufo y se sentó de mala gana —. No te pongas así, sabes que no puedo faltar.

—Lo sé —dijo, me miró —. Pero me gustaría algún día amanecer así siempre, a tu lado, abrazadas —me abrazo —. Quiero acariciarte siempre  —acarició mi mejilla suavemente —Nunca dejar de besarte —beso mis labios lentamente, yo correspondi con una sonrisa —. Y traerte el desayuno a la cama, pero no podemos aún —dijo en un tono triste.

—Lo se, y lo siento, aún no he podido decirle a papá —le dije —. Y me siento mal por eso, siento que no te merezco, tu me entregas todo y yo nada.

—Hey —tomó mi barbilla —. Tú si me has dado y algo muy importante —la mire expectante —. Tu amor, es lo único que necesito ahora —yo son reí y la bese profundamente, nos separamos cuando el aire se hizo necesario.

—¿Tienes algo para el dolor de cabeza? —pregunté, asintió. —¿Que pasó anoche?

—¿No te acuerdas? —preguntó, mientras se levantaba y  se acercaba a su escritorio, abrió un cajón y sacó unas pastillas —. Toma, te traigo agua enseguida —me dijo, salió corriendo y volvió con el agua al minutos después y me lo paso, me tomé la pastilla y la pasé con un sorbo de agua, deje el vaso en la cómoda, Juls se sentó frente mío.

—Solo recuerdo la disco, que tomé cerveza...

—Varias cervezas diría yo —me dijo sonriendo.

—...y también recuerdo a un tipo que me quería dar unos dulces, ¿me los dio?

—No —contestó —. Y no eran dulces, eran estaxis, una droga, solo te querían droga, por suerte llegué antes de que las recibieras.

—Debí estar muy ebria para casi aceptarlas_ dije.

—Se aprovecharon solamente —dijo —. Pero si, estabas bien tomada y eso que solo era cerveza, luego vomitaste, después me besaste y volviste a vómitar —contó, yo puse cara de asco y me tape la boca.

—¿Te bese vomitada? Perdona.

—Tranquila, no pasa nada —contestó —. Sabias a cerveza en mal estado, pero no me importo —yo le di media sonrisa —. Pero la pasaste bien, ¿no?

—Si —conteste —. Me encantaría volver a ir.

—Eso sería genial —dijo —. Cuando quieras vamos —yo asentí.

—Será mejor que ya me vaya, se va hacer tarde —dije, me levante y tome mi ropa.

—Puedes bañarte aquí si quieres y luego al volver a tu casa solo te cambias de ropa —me sugirió.

—No es mala idea —dije.

—En el baño hay toallas —me dijo.

—Ok, ya vuelvo —le dije y camine al baño.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora