ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟝𝟟

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Narrador

La morena había regresado a su apartamento, al entrar Luna la saludo con entusiasmo, a pesar de lo mal que se sentía por lo que pasó con Val, la saludo de la misma manera, se sentó en el suelo y Luna se sentó en su regazo.

-Mamá cometió una estupidez —le decía a Luna mientras le acariciaba el cuello y está la miraba con sus enormes ojos café y la lengua afuera —. Y ahora mamá Val esta enojada conmigo —una lágrima bajo por su mejilla —. Y quizá no venga a vivir con nosotras, ¿tu crees que ella me perdone? —la perrita la miró, ladro y lamio el lado de la mejilla donde había caído la solitaria lágrima —. Si, tengo que ir a verla y explicarle todo —le dio un beso en la frente a Luna y se levantó, se seco el resto de la lágrima —. No tardó —le dijo, tomó su chaqueta y las llaves y salió de su apartamento.

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Al estacionar el auto se bajó inmediatamente, entró por la puerta de urgencias que estaba abierta para su suerte y camino por el pasillo, pensaba correr, pero no era correcto.

Vio a lo lejos a la recepcionista y aceleró el paso entre las personas delante de ella que iban a aún pasó más lento.

—Buenas noches —dijo la morena.

—Buenas noches, ¿en que puedo ayudarte? —preguntó la mujer amablemente.

—Necesito hablar con Valentina.

—¿Usted es...? —la morena iba a responder, pero la mujer lo había recordado al hacer memoria —. No, ya me acuerdo, usted es su novia —dijo —. Perdón señorita, es que veo mucha gente todos los días —se disculpo.

—Esta bien, no hay problema —le dijo la morena.

—La señorita Valentina esta...

—Ocupada —dijo una voz tras de mi, me gire, era Lucho, me miraba con el ceño fruncido —Valentina esta muy ocupada.

—Puedo esperar toda la noche, no tengo problema —le dijo la morena.

—Y aún que se desocupe, no creo que quiera verte —le dijo, la morena lo miró frunciendo el ceño —. Se lo que le hiciste... Somos amigos, ella me cuenta todo, ha estado toda la noche triste por tu culpa.

—Necesito hablar con ella y explicarle bien lo que pasó —dijo —. Permiso —intento pasar, pero el chico no la dejó, además era más alto que él.

—No te atrevas, ella no quiere verte —le dijo Lucho.

—Tú no tienes el derecho de prohibirme nada, puedo verla, es mi novia —le dijo molesta, pero no alzó la voz, tenía que mantenerse tranquila por el lugar en donde estaba.

—Que no entiendes, la lastimaste —le dijo —. Ha estado llorando mucho, yo sabía que no eras una buena persona para estar con Valen, solo la estas haciendo sufrir —la morena comenzó a sentir que sus ojos se ardían —. Por que no mejor te vas con tu amante y dejas a Valentina en paz —las lágrimas volvieron a salir, la morena se acercó donde Luli ante la atenta mirada de Lucho.

—Le dices que vine, por favor —eso último fue una súplica con una voz algo débil, ella asintió, la morena los miró por última vez y salió del hospital, se dirigió a su auto, se encerró ahí y lloro lo suficiente, hasta que se calmo un momento, encendió su auto y se fue con un dolor en su corazón por no poder explicarle a Valentina la verdad de lo que había pasado.

—Tú no le dirás nada a Valentina —le dijo Lucho a la recepcionista.

—Pero ella es su novia.

—No, ya no lo es —le dijo —. Pronto terminará con ella y quien habla —se señaló —. Sera su novio, eso pasara pronto y para que pase, Valen no debe enterarse de que ella vino a buscarla, ¿entendiste? —preguntó el chico con una mirada que le causó terror a la mujer, está solo asintió —. Perfecto —dijo sin más y se fue con una sonrisa de victoria en el rostro.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora