ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟝𝟠

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Valentina

Ya había pasado un mes desde que me vine a vivir con Juls, la verdad a sido un mes increíble a su lado, compartir con ella, dormir y despertar todos los días a su lado, es más de lo que podía pedir.

En el hospital todo a ido muy bien, aun que debo decir que las primeras semanas Lucho estuvo llamándome y enviando mensajes para que lo perdonará, también me había pedido salir a tomar algo para hablar y disculparse conmigo, le dije que no y borre su número, pero como siempre de insistente me seguía llamando, conocía su número perfectamente, hasta que de un tiempo hasta acá dejo de molestar y desde entonces no he sabido nada de él y mejor que sea así... Juls sabía de que él me llamaba, le contaba todo, se molestaba, yo la tranquilizaba, que nunca me juntaría con él aun que me suplique.

Llegue al apartamento temprano en la mañana cuando terminó mi turno, al entrar la recepcionista me entregó la correspondencia, luego entre al ascensor, al abrir la puerta Luna se acercó a mi con mucho entusiasmo. Últimamente duerme en la cama entremedio de nosotras y eso molesta un poco a Juls, por que cuando queremos besarnos ella no nos deja y nos lame el rostro, parece una niña pequeña... Hay noches que Juls la deja afuera y cierra la puerta de nuestra habitación y luego escuchamos que rasca la puerta y comienza a aullar, yo no puedo aguantar que este afuera llorando y le abro para que entre, es divertido ver al Juls enojada y con puchero, por que piensa que la cambie por Luna.

Deje mis cosas aun lado, había varias para Juls y otras para mi, obviamente cuentas que pagar. Dejé las de Juls sobre la mesa y las mías que ya las había abierto y leído también, me dirigí a la habitación  para buscar un poco de ropa, la que me gustó la deje sobre la cama, tomé unas toallas y me fui al baño.

En volví la toalla en mi cabello y la otra en mi cuerpo, salí del baño, me fui a mi habitación, Luna estaba sobre la cama, seque bien mi cuerpo y me coloque la ropa interior, me coloque mi crema corporal, ya con eso tomé mi ropa, era un jeans zul marino arañando en la parte de los muslos, era corto, me llegaba un poco más arriba de los tobillos, me coloque unas zapatillas, me levante y me terminé de secar el cabello con la secadora, luego me lo peine, iba a ponerme la polera pero mi teléfono sonó, vi la pantalla y sonreí.

-Holalo salude.

—Hola, papá, ¿como estas?

—Muy bien hija, ¿y tu? preguntó.

—Muy bien también, solo extrañándote, no me has llamado en dos semanas.

—Perdón, he tenido cosas que hacer con Belinda, cosas muy importantes y que te quiero contarme dijo, me senté en la cama.

—Bien, cuéntame.

—Bueno, iré al granome dijo, escuche su respiración, parecía nervioso —. Le pedí a Belinda que se casara conmigo.

—¿¡Que!? ¿¡Cuando!? ¿¡Cómo!? —pregunté alzando la la voz sorprendida.

—Ya, tranquila hija, casi me revientas el tímpano me dijo.

—Lo siento, es que me emocione —le dije —¿Que te dijo?

—Pues primero la invite a cenarcomenzó a contar —. Luego bailamos, en casa claro, y se lo pedí, me arrodillé en una pierna y le mostré la sortija, pude ver el brillo en sus ojos y acepto.

—Felicidades, papá.

—Gracias, hija. La boda será en 3 mesesme aviso.

—¿3 meses? Pero eso es muy poco tiempo.

—Parece poco, pero para mí es suficiente, la verdad solo quiero una boda sencillame dijo.

La hija del Pastor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora