Levitating | TO [Klaus Mikaelson] #2 EDITANDO

XXI. Running With The Wolves

CAPÍTULO VEINTIUNO
CORRIENDO CON LOS LOBOS

"I want to feel the way that we did that summer night, night. Drunk on a feeling, alone with the stars in the sky. I've been running through the jungle, I've been running with the wolves to get to you, to get to you"

Las manos de Arielle se deslizaban por el pecho desnudo de Klaus, quien no deja de besarla apoyandola contra la pared de la habitación. Sus besos bajan por su cuello haciendo que Arielle incline la cabeza para dejarle más espacio. Entonces, en un movimiento rápido, cambian de postura, estando ahora él contra la pared. Arielle sonríe, comenzando a besar su pecho con deseo. Se para al llegar al tatuaje de su hombro y lo besa por completo sin dejar ni una parte sin ser tocada por sus labios.

Vuelve a ponerse a su altura y Klaus no tarda en volver a unir sus labios mientras se deshace de la camiseta que ella llevaba puesta. Arielle suspira de placer dirigiendo sus manos hasta el cinturón de sus pantalones, desabrochándolo lentamente.

Ambos estaban listos para compartir un intimo momento cuando los ecos de unos tacones contra el suelo del complejo frenaron las acciones de Arielle. Se aleja de Klaus, rodando los ojos y soltando un suspiro de frustración.

—Ella está aquí—anuncia, alejándose de él y apartando su mirada—

—No te pongas celosa—suplica Klaus, decepcionado al ver como Arielle comenzaba a vestirse de nuevo—Son negocios.

—Recuerdas que torturó a Rebekah, ¿no?—se queja, molesta—

—Cierto, pero también reveló la verdad de su traición.

—Y como consecuencia ella se ha ido para siempre.

—¡Un deseo que por lo visto albergaba desde hacía tiempo!—exclama, frustrado—

—Bien, continúa enfadado por ello y haciendo tratos con brujas que no son de fiar—bufa, frustrada—Yo ocupare mi tiempo visitando a Hayley en el pantano. No tengo intención de verle la cara a esa bruja pelirroja.

—Su nombre es Genevieve.

—Lo que sea. La única bruja pelirroja que me importa es Juliette.

Le dedica una falsa sonrisa, abandonado su habitación. Allí, en el pasillo, Elijah la esperaba, preparado para hablar con ella sobre los últimos comportamientos de Klaus desde la marcha de Rebekah.

—Ha pasado un mes, Arielle—señala Elijah, siguiendo sus pasos a través del complejo—Tiene que dejar de evadirse con este comportamiento ridículo. Tiene que canalizarlo en algo de provecho.