Levitating | TO [Klaus Mikaelson] #2 EDITANDO

XI. Boys Will Be Boys

CAPÍTULO ONCE
LOS CHICOS SERÁN CHICOS

"No damsel in distress, don't need to save me. Once I start breathin' fire, you can't tame me. And you might think I'm weak without a sword but if I had one, it'd be bigger than yours"

—¿Has perdido a Elena?—cuestiona Arielle con confusion—

—No la he perdido, la han secuestrado—corrige Damon al otro lado del teléfono—Oye, he estado encerrado en la misma jaula en la que me encerraron en los años 50.

—Si, si la Sociedad Augustine y los Whitemore, me sé la historia Damon—suspira, sujetando el teléfono con su mejilla y hombro mientras intenta subieses la cremallera del vestido—

—Sé que te la sabes. Eres la única a la que se la había contado, hasta Elena. El caso es que necesito ayuda y no me importaría ver a mi hermana pequeña.

—A ver si me queda claro—suspira, soltando la cremallera para sujetar su teléfono con firmeza—¿Quieres que vuelva a Mystic Falls por un par de días para ayudarte a encontrar a tu novia?

—Y para ayudar a centrar a nuestro hermano pequeño—añade, provocando que Arielle suelte un bufido—Está raro desde lo de Silas, dice que tiene pesadillas.

—Normal, estuvo encerrado en una caja bajo el agua—le recuerda—Bueno, iré. Aviso a Klaus y subo a un coche para ayudarte con toda esa locura.

—Créeme no te arrepentirás de venir. Katherine es humana y es un desastre.

—Si, genial—suspira, frustrada—Adiós, Damon.

—Adiós, Ari—se despide, colgando el teléfono—

Arielle suspira con pesadez, dejando caer el teléfono sobre una silla situada a su lado para continuar intentando colocarse ese vestido.

—¿Te ayudó?—cuestiona Klaus, apareciendo detrás de ella—

—Tal vez necesites toda tu fuerza híbrida—comenta, formando una pequeña sonrisa en sus labios al verle a través del espejo—

Klaus le corresponde la sonrisa y se acerca a ella para subirle la cremallera.

—Gracias—Arielle se gira hacia él—Supongo que no hay muchas chicas del ataúd embarazadas.

—Estas preciosa—le asegura él, sujetándola de la cintura con delicadeza—

Arielle sonríe, bajando la mirada hacia su vestido. Se trataba de un vestido que Carina le había regalado. Era de sus favoritos y agradecía que a pesar de estar embarazada aún le valiera.