XX. British Humour

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CAPÍTULO VEINTE
HUMOR BRITÁNICO

"And now I love high tea, stories from uni, and the West End

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"And now I love high tea, stories from uni, and the West End. You can find me in the pub, we are watching rugby with his school friends. Show me a gray sky, a rainy cab ride. Babe, don't threaten me with a good time. They say home is where the heart is but God, I love the English"


Cuando la puerta del estudio es abierta por Arielle, Klaus cierra la caja en sus manos al instante. Aparta su mirada de ella, intentando ocultar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos ante el recuerdo de su infancia junto a Rebekah y como todos los últimos acontecimientos con ella y su despedida le habían afectado. Arielle cierra la puerta tras ella, acercándose a él para envolverle en un abrazo. Klaus acepta aquel gesto de amor, apoyando su cabeza sobre su pecho y dejando que varias lágrimas resbalen por sus mejillas. Él nunca se mostraba dolido o vulnerable, pero con ella sabía que podía hacerlo. Arielle le acaricia el pelo con suavidad, intentando trasmitirle todo su apoyo.

Esa noche, entre abrazos, ambos se quedaron dormidos en el sofá del estudio. A la mañana siguiente, Klaus se despertó confuso, pues Arielle ya no se encontraba a su lado.

—¿Quieres que vaya a Atlanta porque Caroline no puede ir y no confías en Enzo?—su voz le obliga a levantar la mirada, encontrándosela sentada en su escritorio sujetando su teléfono contra su oído—

—La explicación es larga y complicada, pero el resumen es que estos viajeros quieren la sangre de las últimas replicas vivas. Me han hecho un hechizo extraño para encontrar a la última réplica de Silas—explica Stefan al otro lado de la línea—O muere él o ellos me matan a mi.

—Por encima de mi cadaver—declara ella—¿Y Damon?

—¿Sinceramente? No tengo ni idea—suspira, frustrado—¿Iras con Enzo?

—Claro que iré. Yo tampoco confío en él—responde, levantando su mirada hasta encontrase con los ojos de Klaus puestos en ella—Te avisaré de todo.

—Gracias, Beth—se despide, terminando la llamada—

Arielle suspira, poniéndose en pie para cercase a Klaus. Se deja caer sentada a su lado, agarrando su mano con cariño. Klaus la observa con atención, acariciando su pierna con suavidad.

—¿Te vas?—inquiere, preocupado y confuso—

Arielle asiente.

—Estaré bien. Sé cuidar de mi misma—le asegura—Solo debo asegurarme de que la vida de mi hermano pequeño no esté en las manos de un desconocido psicopata.

Levitating | TO [Klaus Mikaelson] #2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora