Gonzalo no termina de contar cuando un jaguar gigantesco sale de entre los árboles y salta directo a nosotros mostrándonos sus afilados dientes como si fuera a comernos de un solo bocado. Un disparo que se oye antes de que el animal se quede con nuestras cabezas lo desvía directo al suelo. ¡Cielos! ¡Estoy temblando! ¿Qué rayos fue eso?, ¿de dónde salió el arma que nos salvó la vida?
—Tranquila, tranquila. Todo está bien —dice Gonzalo abrazándome.
—Siento haberlos asustado —Un hombre mayor se aproxima a nosotros—, pero no podía perderme a esa fiera. No tienen idea de hace cuánto tiempo vengo tras ella.
No y tampoco me interesa saberlo, más bien me interesaría saber cómo es que le permiten cazar animales en extinción, pienso.
—Gracias, ¿señor...? —Gonzalo le extiende una mano sin dejar de contenerme.
—Clayton —contesta con aires de grandeza. El sujeto me parece de lo más estúpido, quizás porque la idea de que seguramente deba presumir lo que caza vino a mi mente.
—Nos ha salvado la vida, Sr. Clayton.
¿Salvado la vida? Bueno, sí, tiene razón, pero acaba de quitársela al pobre animal que no tiene la culpa de tener hambre. Si hubiera tenido solo la intención de salvarnos le hubiera disparado, no lo sé, un somnífero o algo parecido. Asesino.
—Oh, no fue nada. Solo quería llevarme a esta preciosura a casa —Lo levanta como si estuviera levantando un saco de plumas y luego lo pone sobre su espalda—. ¿Y ustedes? —nos dice, pero solo es a mí a quien observa—, no andarán por aquí solos, ¿o sí?
—De hecho estamos perdidos —Al responderle vuelve su atención a Gonzalo.
—Qué bueno que lo mencionas porque podría ayudarlos con eso.
—¿En serio? —digo entusiasmada. ¡Por fin una noticia buena!
—Sí, claro que sí, lo que sea por salvarte a ti, niña hermosa.
¿Niña hermosa? ¿Por qué acaba de llamarme así? ¿Soy la única a la que le ha parecido un poco extraño escuchar a ese sujeto decirlo? Y... ¿por qué está mirándome de esa forma casi lasciva? Pero qué asco. ¿Cómo puede pasar por su mente lo que sea que esté pasando en relación conmigo? ¿A Gonzalo le estará dando la misma impresión que a mí o es que quizás esté malinterpretando todo? Tal vez el viejo, no lo sé, solo sea un desquiciado.
—Perfecto —contesta Gonzalo de manera precipitada—. ¿Dónde tiene su vehículo?
Bueno, se ve que ha sido una impresión mía porque al parecer a Gonzalo no le ha molestado en lo absoluto.
—A unos pocos pasos de aquí, vengan conmigo.
El Sr. Clayton inclina la cabeza para que lo sigamos y así lo hacemos. Nos vamos metiendo cada vez más adentro del oscuro bosque. Ruego que en algún momento podamos ver la luz del sol porque con lo que acaba de pasar sumado a que este viejo bastante extraño nos acompaña me estoy poniendo algo nerviosa. ¿Cómo es que Gonzalo no se ha dado cuenta de cómo me estaba mirando?... O tal vez sí lo hizo. Pero si así fue ¿por qué no dijo nada?
—No te separes de mí ni por un segundo —me dice al oído.
¿Qué está pasando? El sujeto marcha adelante que nosotros y aun así Gonzalo se ha acercado para asegurarse de que nadie escuche lo que tenía para decir.
—No tengo intenciones de hacerlo.
—No me gusta para nada este tipo.
Lo observo fijo a los ojos, entonces ¿por qué lo estamos siguiendo fuera del bosque? Oh, claro... qué tonta.
—A mí tampoco me agrada —Suspiro—. No sería demasiado inteligente de mi parte decir que lo dejáramos solo, ¿verdad?
Gonzalo niega con la cabeza.
—Tranquila —Me aprieta la mano con fuerza—, todo saldrá bien, tú no te preocupes.
No estoy entendiendo nada, menos aún con la cara que acaba de ponerme. ¿En qué estará pensando? Me consuela saber que sabe lo que está haciendo, pero a la vez me aterra pensar que quizás sea otra locura y todo termine mal, es decir, miren a ese sujeto, sí, es viejo, pero miren la fuerza que tiene.
—Les presento a Linda —El Sr. Clayton arroja en la camioneta al pobre jaguar y luego da la vuelta—, creo que no hace falta explicar por qué decidí llamarla así. Súbanse —dice con las manos al volante.
Observo de nuevo a Gonzalo fijo a los ojos. No estoy convencida de querer subirme, menos sabiendo que hay algo que no está diciéndome. Aunque en parte lo entiendo, si me lo hubiera dicho muy posiblemente al parecerme una locura, si es que lo es, habría tratado de detenerlo.
—Tú déjamelo a mí —responde a mis pensamientos.
—Gonzalo, ¿qué piensas...?
—Dígame, Clayton, ¿cómo es que conoce tanto este lugar? —Pone una mano detrás de mi espalda y avanzamos.
—Pues lo he recorrido tantas veces que ni podría contarlas, de todas formas siempre guardo un mapa aquí dentro —Le da un pequeño golpe a la guantera.
—Fantástico.
![](https://img.wattpad.com/cover/202763631-288-k518505.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Loca de amor #1
Teen FictionUn ¿accidente? puede hacer que tu vida gire por completo; que las bravuconas que a diario te molestan ya no te resulte tan importante, que asistir a la escuela ya no sea tan aburrido, al contrario, que te haga contar los minutos para que la clase qu...