X. La villa vil.

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III

El Conde Olaf encerró a los huérfanos en una celda para que no escaparan. Fue considerado en dejarlos a los cinco en una.

—niños, lamentó decirles que no pueden ocupar su fortuna... ya se los dije— el señor Poe se negaba a creerles.

—¿para que vino?— pregunto Carol cansada, estaba sentada mirando al señor Poe. Su cabeza apoyada en la pared y con Sunny a su lado tomando su mano.

—para decirles adiós...— respondió el señor Poe, les dio una última mirada —adiós— subió para hablar con el Conde. Poco tiempo después el bajo.

—huérfanos, les traigo su última cena— dijo el Conde con una bandeja —les traigo pan y agua— trato de meter la bandeja por donde se mete la comida pero no pudo.

—solo... deja te ayudo— dijo Cole agarrando el pan y el agua. El Conde lo miro mal y azoto la bandeja en el suelo.

—¿como me ven ahora?, estoy a punto de volverme rico, y ustedes no podrán detenerme— dijo mirando específicamente a los Rizzo.

Cole se acercó a la orilla —prometiste que no les harías daño... ahora cumple tu promesa— susurró con enojo cerca de su cara.

—aléjate si no quieres otro ojo morado y que les diga a ellos— dijo el Conde señalando a los Baudelaire —todo lo que hicieron— sonrió hacia Cole quien se apartó de los barrotes para sentarse con Carol.

—tu plan va a fallar, como todos tus planes— dijo Klaus valientemente acercándose un poco.

El Conde sonrió —solo disfruten su última cena en una celda de lujo— les dijo ellos lo miraron confundidos —tiene una horca— la señaló.

>—nadie los salvará ¡nadie los visita— decía el Conde. De repente Héctor apareció.

Conversó un poco con el Conde y finalmente se fue —niños, la casa aerostática está casi lista, si logran salir antes de la hora del cóctel pueden venir conmigo— les dijo mirándolos a todos. Los Rizzo le sonrieron agradecidos.

—eso implica una deus ex machina— dijo Klaus. Héctor lo miro confundido.

—"el dios en la máquina", es latín, algo útil qué pasa cuando no lo esperas... básicamente un milagro que creo que no pasará—respondió Carol desde el asiento.

Klaus asintió de acuerdo con su novia —lo siento, es difícil decir adiós, por cierto, halle estas notas en el árbol de nunca jamás— dijo dándoles pequeñas notas —los veré pronto... adiós— y finalmente se fue.

—ahórrenselo, sabemos donde están los Quagmire...— dijo Cole parándose —tenemos que salir de aquí— miro a todos tratando de pensar en algo.

—tal ves podríamos pensar en algo que nos ayude, ¿alguna cosa que hayan leído?— pregunto Violet a Carol y Klaus.

—¡yo me... diablos— susurró Carol, todas las miradas se posaron el ella, de repente abrazó a Klaus —feliz cumpleaños— susurró en su oído. Klaus le regresó el abrazo, recién se acordaba que era su cumpleaños.

Violet se unió al abrazo, Cole cargo a Sunny Lara que también se uniera —feliz cumpleaños Klaus— dijeron.

—no quiero soñar malcriado pero esperaba algo mejor que estar encerrado por asesinato que no cometimos— dijo Klaus separándose. Los demás asintieron y Cole vio la horca.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora