VIII. Espadas de madera.

3.2K 317 132
                                    

VIII

¿están seguros de esto?— preguntó Carol dudosa.

—¿porque nos cuestionas todo el tiempo?, no se si lo has notado pero siempre eres la primera en decir algo— respondió Cole mirándola con cansancio.

Beatrice cada vez estaba más enérgica. Era medio día y decidieron ir a la orilla del mar para sentar a Beatrice y  ver qué hacía. Carol tenía sus dudas, recordaba la vez que hicieron lo mismo con Sunny y ella casi se ahoga, se salvo porque alcanzó a morder su pierna evitando que la corriente se la llevara.

—admite que si ayuda, nos hace darnos cuenta de errores que no notamos—defendió Klaus. Se quedaron en silencio viendo a Beatrice.

Estaba sentada jugando con la arena. De repente Sunny se le acercó con un poco de agua y mojó la arena, con sus manitas armo un pequeño monte, y encima dibujó una carita feliz.

Beatrice aplaudió sonriendo, le encantó lo que hizo Sunny. Sus hermanos mayores sólo las veían con ternura. Literalmente estaban completamente pegados viendo a las niñas.

—son muy lindas— comentó Carol viéndolas.

—¡ves!, a eso me refiero, ¡siempre eres la primera en decir algo!— susurro Cole sin querer gritar.

—discúlpame por ser la protagonista— respondió Carol dándole un zape. Cole se lo regreso. Se miraron y comenzaron a darse de manotazos.

Dejaron de pelear cuando sin querer le dieron a Klaus —¡ya dejen de pelear!— susurro Violet dándoles manotazos a los dos.

Carol se levantó y caminó decidida a la casa del árbol, fue a la maleta que le regalaron y sacó dos espadas de madera. Se preguntarán ¿espadas de madera?, si, días antes de su cumpleaños Sunny había mordido un tronco convirtiéndolas en espadas.

Regreso y le dio una a Cole poniéndose en posición de pelea —¿estás segura?, porque estamos enojados— pregunto Cole. Carol movió la espada de madera haciendo que quedara a centímetros de su cuerpo.

—ya estarías muerto— respondió.

Comenzaron golpear con más fuerza, sabían pelear con espadas, desde que eran unos niños su tío Peter les había regalado unas sin filo y los entreno. Esto no le agrado a los señores Rizzo y les prohibieron jugar.

En un movimiento ambas espadas salieron volando y se lanzaron a tirar al otro. Los Baudelaire veían esto con preocupación y cansancio.

—¿no sabes cuando parar verdad?— pregunto Cole evitando golpear a su hermana —¡ya ganaste!, ¿que más quieres?— pregunto en el suelo. Carol había logrado tirar a Cole justamente.

—no lo sé, nunca me dejaste la oportunidad de decidir algo— respondió Carol —¿porque fue la pelea? Fue algo tonto, debe haber sido algo que tengamos guardado—

—tiene sentido, estás enojada de las cosas que no te he dicho, de todas las veces que te hice a un lado solo porque si— dijo Cole serio, Carol se levantó dándole la mano a Cole.

—perdón— se disculpó. Cole negó y la abrazó rápidamente. Se separaron y levantaron las espadas de madera.

Vieron a los Baudelaire, tenían caras de incredulidad —¿enserio?, ¿solo pelean, discuten un poco y ya?— pregunto Violet sorprendida.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora