XII. Baudelaire.

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XII. I. Klaus Baudelaire.

Klaus tarareaba una canción mientras buscaba un lugar en donde sentarse a leer. No tenía idea de que día era, la semana pasada Carol se encargó de confundirlo hasta que no supiera en qué día vivía.

Se sentó apoyándose en el tronco de un árbol y abrió el libro en donde lo había dejado la noche anterior. Comenzó a leer pacíficamente.

Carol, quien lo estaba observando desde lejos, sonrió y camino de regreso al árbol.

—está leyendo, no regresará en unas horas— dijo Carol hacia sus amigos. Le llego un olor y se acercó a Sunny —¿que cocinas?— pregunto.

—¡pastel!— grito Sunny sonriendo. Carol asintió y le dio un beso en su frente.

—¡bien!, ¿que hago yo?— pregunto Carol meneándose ligeramente. Todos ya tenían actividades que hacer. Sunny el pastel. Cole la decoración. Violet el regalo y Beatrice ser tierna.

—vigila a Klaus— respondió Cole encogiéndose de hombros —regresa cada media hora—

Carol quiso protestar pero aceptó. Prefería mirar a Klaus leer a estar haciendo cosas por aquí y por allá.

Y justo como Cole lo dijo, iba cada media hora para ver si ya habían terminado. La tercera vez que fue ya estaban listos así que regreso con Klaus.

—¿que lees Lancelot?— preguntó Carol sentándose enfrente de el —definitivamente prefiero cuatro ojos— dijeron al mismo tiempo. Soltaron unas risas.

—¿desde hace cuanto estás aquí?— pregunto cerrando su libro poniendo toda su atención en ella.

—... como hora y media— susurró sonrojada.

Klaus abrió sus ojos impresionado —¿solo me miraste leer por hora y media?— pregunto incrédulo.

—¿si?— respondió Carol alzando los hombros. Sacudió su cabeza y tomó sus manos —te ves hermoso leyendo— susurro dándole un beso en la frente.

—tu siempre te ves preciosa— respondió Klaus mirándola con una sonrisa.

—en realidad... la palabra preciosa viene de precio...— susurro Carol con una mueca. Klaus asintió dándole la razón —venía a decirte...— pauso dramáticamente —¡el último que llegue a la casa del árbol castigo!— grito empujándolo en la arena.

Corrió tanto como pudo pero no sirvió de nada, Klaus la pasó antes de que llegar. El entro y cuando vio en interior sonrió.

—¡feliz cumpleaños!— gritaron alzando los brazos.

Klaus abrazó a todos con entusiasmo. Cuando volteo miro a su novia apoyándose en sus rodillas tomando agua. Fue con ella y la abrazó tiernamente —gracias, gracias, gracias— susurró repetidamente en su oído.

—feliz cumpleaños— susurro Carol correspondiendo el abrazo. Cole carraspeo y se separaron. Violet lo golpeó en el brazo.

—no los molestes— susurro Violet enojada.

Se rieron, otra vez. Sentaron a Klaus en la silla enfrente del pastel que Sunny hizo. Le encantaba cocinar, en especial pasteles.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora