II. XIII. Juntos.

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(Cap, completamente dedicado a la parejita)
XIII

¿cuando será?— preguntó Carol embobada con Klaus.

—cuando quieras— respondió Klaus acariciando su cintura. Estaban solos en la biblioteca, se habían escabullido en medio de la noche para hablar y darse cariño. Klaus estaba sentado, en el sillón con Carol encima como ranita.

—¿en donde?— volvió a preguntar apoyando su cabeza en su mano.

—no lo se, ¿cual es tu lugar favorito?— pregunto. Carol lo pensó, muy cuidadosamente.

—mmm la isla, el paisaje ahí es hermoso— respondió. De repente sonrió y se sentó correctamente, el chico la admiro con una sonrisa —¡ahí por poco morimos!, de hecho casi en todos lados, pero somos muy inteligentes y sobrevivimos... maldito Conde Olaf— se quejó —también recuerdo que jugamos mucho ahí, estábamos todo el tiempo juntos... ¡ja!, igual que siempre—

—si nos casamos estaremos juntos hasta la muerte— respondió Klaus dramáticamente. Ambos comenzaron a reírse, Carol era muy inquieta, así que comenzó a moverse inconscientemente recordando las cosas que pasaron en la isla —oye, no te muevas tanto— pidió deteniendo sus caderas.

—¿porque?— preguntó sin entender. Cuando miro hacia abajo entendió la razón —¿quieres hacerlo?—

Klaus la miro con los ojos abiertos —¿otra vez?, ¡lo hicimos ayer!, ¿desde cuando tenemos que hacerlo diario?—

—desde que se te ocurrió hacerle caso a Ari. Y hoy es otro día, así que saca un condón— exigió. Klaus rodó los ojos exagerado —no te quejes, bien que lo disfrutas—

••
(Tal ves lo consideren "raro", pero son cosas nuevas la era los nenes, y no digan que no les advertí)

Ella sonrió feliz cuando su novio le dio el sobre plateado. Rápidamente lo sacó de su escondite comenzado a estimularlo —te estás haciendo adicta, esto se esta volviendo una adicción— comentó Klaus. Aunque tampoco se quejaba, quería que ella recibiera el mismo placer que él. Le acaricio el cabello.

—¿y bien?, ¿en donde será entonces?— preguntó Carol antes de metérselo a la boca.

Klaus jadeó, comenzó a hacerle una trenza —buscaremos la manera de volver a la isla— respondió Klaus. Pasaron unos minutos de gemidos y lametones. En donde dejaron de hablar para disfrutar del momento. Y cuando estuvo a punto de correrse le advirtió que se alejara.

Pero Carol no hizo caso, sólo comenzó a chupar y lamer con más ganas, inevitablemente eyaculo en su boca soltando un gemido medio alto. Ella se lo trago todo con una sonrisa inocente —¿que decías?— pregunto sentándose al lado de él.

—siéntate en mi cara— pidió rápidamente. Ella no respondió, solo se quedó pasmada en su lugar —por favor, sin nada que te cubra— asintió levemente y el chico le quitó la ropa interior ansioso.

Le dejo la falda del pijama, para que no se sintiera incómoda. Se acostó y Carol se fue acercando —¿estas seguro?— pregunto dudosa. El chico asintió, viendo la feminidad de su novia desde abajo —se me hace un poco asqueroso que quieras chuparme... ahí—

—tu haces lo mismo— respondió Klaus sentándose levemente —si no quieres hacerlo está bien, sólo era una sugerencia— la chica negó y lo volvió a recostar quitándole los lentes. Con lentitud, se fue acercando a la cara del chico, hasta que finalmente decidió sentarse. La mejor decisión que había tomado hasta ahora.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora